“Es un caso aislado y atípico. Lo que es muy interesante es que un muchacho está en una casa fumando marihuana, se hace una redada, le dicen que todo está bien y que pronto va a salir, se llevan a las personas presas y las dejan en una celda y a pesar de que estaba dando gritos casi pierde la vida. Ese es un acto de negligencia y torpeza. No es indicativo del trabajo que hace la DEA, pero estas cosas pasan, esto fue en San Diego”.
“Lo que hace el grupo de la DEA es que ellos tienen un lugar, que es un centro donde ellos hacen su trabajo, pero cuando llevan a las personas presas las llevan a la cárcel. Éste se queda atrás, adonde hacen sus investigaciones. El muchacho estaba dando gritos, entonces eso caía en oídos sordos. A veces la gente es negligente, porque si entran cinco en lo que es la oficina de ellos y salen cuatro a alguien se le debe haber ocurrido, falta uno. Pero estas cosas pasan. Una de las cosas que hacen este caso pesado es que estaban en drogas”.
“El joven es de descendencia asiática, es estudiante de ingeniería. Son 23 años, a los 21 uno ya está graduado de la universidad, así que es un poquitico más viejo, pero es el tipo clásico de caso que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. A él no lo ampara que estaba fumando marihuana. Han puesto un pleito de 20 millones de dólares y casi se muere, fueron casi 5 días”.
“Del centro de detención fue directo a atención intensiva del hospital donde estuvo tres días, casi se les muere, porque tenía un problema renal. Hay causa probable para pensar que hay negligencia, porque este muchacho está bajo el cargo de estas autoridades y si ellos no lo atienden, los daños que le causan al muchacho son la culpa de estas personas”.