Este lunes, Pompeo rindió homenaje en un comunicado «a los héroes del pueblo chino que se rebelaron valientemente hace 30 años en la plaza Tiananmén para exigir sus derechos».
El Gobierno de China criticó luego los «desvaríos y el balbuceo sin sentido» del secretario de Estado estadounidense en su declaración sobre el 30 aniversario de la represión del movimiento por la democracia en Beijing.
«Durante las décadas siguientes, Estados Unidos esperó que la integración de China al sistema internacional llevara a una sociedad más abierta y tolerante. Esas esperanzas se han visto defraudadas», dijo Pompeo en un comunicado oficial. «El Estado chino de partido único no tolera ninguna disidencia y viola los derechos humanos», agregó en un contexto de fuerte tensión política y comercial entre los dos países.
«Esos desvaríos y ese balbuceo sin sentido terminarán en el bote de basura de la historia», fue la respuesta del vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, que denunció los ataques «malintencionados» de Pompeo y su grave «injerencia en los asuntos internos chinos».
La «vía de desarrollo elegida por China tiene el apoyo firme del pueblo chino», declaró el portavoz chino al referirse a la represión sangrienta de una manifestación en la plaza Tiananmén el 4 de junio de 1989.
Cientos de civiles desarmados –según algunas estimaciones, más de mil– fueron asesinados cuando tropas y tanques recibieron la orden de aplastar esta sublevación en el corazón de Beijing.
De esa forma, el Gobierno chino puso fin de manera brutal a siete semanas de manifestaciones en favor de la democracia lideradas por estudiantes y centradas Tiananmén, una inmensa explanada en el corazón de Beijing. El hecho sigue siendo un tema tabú en China.
«La declaración del secretario de Estado Pompeo ataca de forma malintencionada el sistema político chino, denigra la situación de los derechos humanos y de los asuntos religiosos en China, critica la política de China en Xinjiang de forma gratuita y se injiere gravemente en los asuntos internos de China», dijo Geng.
Pompeo había denunciado, además, que «hoy los ciudadanos chinos son sometidos a una nueva ola de abusos, especialmente en Xinjiang, donde los líderes del Partido Comunista intentan metódicamente estrangular a la cultura uigur y borrar la fe islámica», dijo.
Se estima que un millón de uigures ha sido detenido en Xinjiang, una encarcelación masiva que China describe como entrenamiento vocacional para reducir el radicalismo.
La administración de Donald Trump ha tomado una línea dura respecto a su vínculo con China, lo que incluye un conflicto comercial que está en plena aceleración.
Trump acusa a China de robar tecnología estadounidense, cuando no de estafar a Estados Unidos en la esfera comercial, a pesar de la integración de Beijing a la economía global con el respaldo de Estados Unidos en la década posterior a la represión en Tiananmén.
(Con información de AFP)
Fuente: Infobae