“Los grandes asesinos probablemente nacen. Estos pistoleros que de pronto empiezan a asesinar gente en serie, o que cometen masacres, definitivamente tienen que tener una anormalidad en el cerebro que les impide inhibir un acto tan horrible como esos. Pero obviamente hay un espectro, gente que puede tener una tendencia natural, una tendencia genética, una tendencia basada en la biología, pero que la cultura y la inhibición que puedan tener les es suficiente para controlar eso, pero que en un momento dado, tras una circunstancia muy particular pueden cometer un crimen. Y están en el otro lado del espectro personas muy pasivas que realmente es casi imposible que lleguen a cometer un asesinato”.
“En esto de los asesinos en serie y grandes criminales, la ciencia neurológica o la sicología y la siquiatría distinguen particularmente dos tipos: uno los sicópatas y otro los sociópatas. Aunque desde el punto de vista de la clasificación hay buenos criterios para saber cuándo es uno y cuándo es otro, a veces las dos cosas se mezclan”.
“El sicópata básicamente tiene un problema en el afecto y en reconocer el dolor del otro, en ponerse en los zapatos del otro. Ellos no tienen remordimientos. El sociópata no quiere seguir ninguna regla, no acepta reglas, ni sociales, ni en la casa, ni en familia, ni en ninguna cosa”.