El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, ha asegurado que Rusia está «jugando a un juego muy peligroso» en la central nuclear de Zaporiyia, las más grande de Europa y ocupada por el Ejército ruso en el marco de la invasión de Ucrania, después de que Moscú haya denunciado un ataque ucraniano con drones cerca de la instalación, algo negado por Kiev.
«Estamos al corriente de los informes sobre el ataque con drones a la central nuclear de Zaporiyia. (…) Rusia está jugando un juego muy peligroso con su toma militar de la central nuclear de Ucrania, que es la mayor de Europa», ha declarado durante una rueda de prensa.
Asimismo, Miller ha asegurado que Washington se encuentra supervisando la situación tanto por sus mecanismos como por los informes oficiales del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), que «afortunadamente señala que los daños causados por el ataque no han puesto en peligro la seguridad nuclear».
Por último, ha vuelto a pedir a Rusia la retirada de su personal militar y civil de la central, que debe ser devuelta «totalmente» a las autoridades ucranianas, y ha instado al Kremlin a abstenerse de «llevar a cabo cualquier acción que pueda provocar un incidente nuclear en la central» de Zaporoyia.
Las autoridades rusas denunciaron que se produjeron varios impactos dentro del recinto de la central, bajo control ruso desde marzo de 2022. El primero contra con una carga explosiva cerca de una cantina de la planta, mientras que el segundo dron alcanzó el muelle de carga y un tercero impactó contra la cúpula del sexto reactor de la central. Como consecuencia de los impactos, tres trabajadores resultaron heridos.
El director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, declaró que los «imprudentes» ataques «aumentan significativamente el riesgo de un accidente nuclear grave y deben cesar de inmediato». «Por primera vez desde noviembre de 2022, después de establecer los principios básicos para evitar un accidente nuclear grave con consecuencias radiológicas, confirmamos tres impactos directos (…) Esto no puede suceder», manifestó.
Grossi señaló que, en esta ocasión, «aunque los daños» no «comprometieron la seguridad nuclear, se trata de un incidente grave que tenía el potencial de socavar la integridad del sistema de contención del reactor». De esta forma, recordó que estos ataques son un «claro recordatorio» de las «persistentes amenazas» a este tipo de instalaciones durante un conflicto armado.
Fuente: Europa Press