MADRID (AP) — La crisis financiera de España se parece mucho a pelar una cebolla: apenas se retira un capa estropeada cuando ya aparece otra.
Los esfuerzos repetidos desde 2009 por los gobiernos sucesivos para solucionar los problemas del país solamente han conseguido minar la confianza en la cuarta mayor economía de las 17 naciones que utilizan el euro.
España padece una recesión que se agudiza, y el número cada vez mayor de los gobiernos regionales que buscan medidas de salvamento únicamente viene a aumentar los problemas de un gobierno que ya brega por auxiliar a su vacilante sistema bancario.
El principal índice bursátil de España, el IBEX, ha perdido 3% en los tres últimos días mientras el costo de la deuda contraída por el gobierno ha subido hasta su nivel más alto desde que el país se unió al euro en 1999.
Madrid obtuvo finalmente el viernes la aprobación de la eurozona para utilizar un rescate por 100.000 millones de euros (121.000 millones de dólares) con el fin de apuntalar a su banca, la cual arrastra activos impagos de una burbuja inmobiliaria sin precedentes que terminó por estallar.
Las autoridades españolas esperaban que lograr una solución para los bancos haría que los inversionistas dejasen de exigir altas tasas de interés incosteables para la deuda soberana. Ese tipo de réditos provocaron que Grecia, Irlanda y Portugal buscaran cuantiosos rescates financieros.
Pero lejos de tranquilizarse, los inversores volvieron a mostrar pánico.
El Banco Central de España informó el lunes que la economía se contrajo 0,4% en el segundo trimestre en comparación con los tres meses anteriores. El gobierno pronostica que la economía no volverá a crecer sino hasta 2014 en momentos en que las nuevas medidas de austeridad perjudican a la población y a las empresas.
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