El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, ha advertido del hacinamiento de palestinos en la localidad de Rafá, en el sur de la Franja de Gaza, y, ante el aumento de operaciones militares israelíes en la zona, ha recordado que cualquier ataque «indiscriminado» sobre zonas con gran densidad de población o el bloqueo de la ayuda que estas personas necesitan para «sobrevivir» puede constituir un crimen de guerra.
Naciones Unidas estima que la mitad de los habitantes de Gaza están hacinadas en la ciudad de Rafá, en la frontera con Egipto, y las zonas circundantes. La población de esta localidad se ha multiplicado por cinco, «con familias apiñadas en refugios y durmiendo a la intemperie», ha denunciado Griffiths para alertar de un «desastre sanitario» en ciernes.
El responsable de la ONU ha subrayado en un comunicado que a estas alturas «la ayuda humanitaria por sí sola ya no es suficiente», habida cuenta de que las necesidades son ya «masivas» y la inseguridad es constante, después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) hayan intensificado su ofensiva en la zona meridional de la Franja de Gaza.
Griffiths también ha advertido de que el conflicto de Gaza llevará a un empeoramiento de la situación en otras zonas: «El conflicto es un incendio que amenaza con consumir Cisjordania, Líbano y toda la región». «Esta guerra tiene que acabar», ha reclamado.
El Ministerio de Sanidad de Gaza estima en más de 27.500 los fallecidos en la Franja desde el inicio de la ofensiva israelí, iniciada como represalia por unos atentados que dejaron también 1.200 muertos en Israel.
Fuente: Europa Press