LA PAZ (AP) — El gobierno boliviano acordó arrendar las instalaciones de la principal fábrica textil del país que se encontraba al borde de la quiebra, la cual será operada por una empresa estatal.
Marcos Iberkleid, dueño de América Téxtil (Ametex), una compañía que llegó a registrar 97 millones de dólares en exportaciones en el 2005, firmó el jueves el contrato con la ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales, el cual estipula que la Empresa Nacional de Textiles pagará 47.000 dólares mensuales arrendar las cuatro fábricas de hilo y tejidos.
La textilera estatal también recontratará a 1.700 obreros de la empresa, quienes expresaron su interés de reanudar su trabajo.
Ametex fue la mayor exportadora textil al mercado estadounidense. Fabrica hilo, telas y hasta un millón de prendas al mes.
El contrato deja abierta la posibilidad de que el gobierno compre en el futuro las instalaciones comprendidas en el acuerdo.
«Enatex marcará una nueva era para la industria textil boliviana», dijo a la AP la ministra. «Ya no seremos una maquiladora, trabajaremos para posesionar una marca propia en el mercado» de exportación, acotó.
También abastecerá de tela a medianos y pequeños talleres que son la base de la menguada industria textil boliviana.
«Ametex no está en quiebra, los activos son más que los pasivos, pero lo que tenemos es una acumulación de deudas y un paro de la producción. Ya no podíamos mantener en pie la empresa», aclaró Iberkleid.
La merma en la producción inició en el 2002 cuando competidores de Perú y Colombia consiguieron beneficios arancelarios por la firma de un acuerdo comercial con Estados Unidos.
Pero la situación del sector textilero se agravó cuando en el 2008 el gobierno del presidente Evo Morales fue castigado por Washington al retirar a Bolivia de un programa de preferencias arancelarias con el que el país era beneficiado por su apoyo a la lucha antinarcóticos.
En busca de compensar la pérdida del mercado estadounidense, Venezuela abrió su mercado a los productores bolivianos pero desde el 2011 cayeron las exportaciones por trabas aduaneras y falta de pagos, según empresarios del rubro.
La industria textil boliviana está en crisis por falta de competitividad, reducción de mercados, el contrabando, el comercio de ropa usada y más recientemente la competencia de confecciones chinas.
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