Miami.- “Ellos están dispuestos de ahogarse en el río que regresar a su país, y eso te dice mucho” así lo contó Auden Cabello, un periodista independiente quien desde la ciudad de Acuña en México relató en conversación con Julio Bevione, para Actualidad Radio, lo que está sucediendo en la frontera con Estados Unidos.
Cientos de historias cruzan el río todos los días por Eagle Pass, la nueva zona caliente para el paso ilegal de inmigrantes según lo ha calificado la patrulla fronteriza hace apenas dos Cabello, relató momentos vividos en las últimas horas que se convierten en testimonio de lo que en realidad pasa en este punto de la frontera entre Estados Unidos y México.
“Para mi ya esto se volvió algo regular” dice Auden Cabello. El promedio que incluso ha confirmado la patrulla fronteriza es que diariamente, por cada paso, estarían entrando 500 inmigrantes, lo que podría traducirse en 15 mil al mes, una cifra que parece no llamar la atención por estar “disperso” entre varias entradas ilegales que se han ido activando en los últimos meses. Una situación que parece convertirse en una “bomba de tiempo” para el gobierno federal que enfrenta una de las peores crisis migratorias de la historia de los Estados Unidos.
“Ahorita la profundidad les llega a la cintura o a las rodillas, pero hay puntos donde la corriente va fuerte” dijo Cabello al describir cómo está el paso por el río, un riesgo que muchos toman sin pensarlo.
Haitianos, venezolanos y hasta colombianos son algunas de las nacionalidades que se encuentran pasando por el río de Piedras Negras, uno de los pasos fronterizos que fue reabierto el pasado lunes 8 de noviembre.
La situación cada vez parece ser más complicada para quienes deciden cruzar. Ya no son 30 días de cárcel para los “caminantes” ahora el gobernador de Texas, xxxx aumento la pena a 120 días más la deportación, una medida que parece intentar frenar la migración masiva en este lado de la nación.
“Al momento de ser arrestados son procesados, van a la cárcel algunos meses y luego son deportados” comentó el comunicador.
Pero las historias no quedan allí. Las historias son innumerables y la nostalgia y la esperanza de una nueva vida las envuelven.
“Llegar al río Bravo y decir me voy a cruzar, es un riesgo nada comparado con lo que viven en su país”
“Cada quien tiene una razón, un propósito de vida, y en su país ellos (los inmigrantes) no encuentran ese propósito de vida”
“Muchos de ellos en sus países no tienen oportunidad”