“Un temblor siempre es un desastre. Desastre en la mente de la gente, desastre en la comunidad y sobre todo, afortunadamente no tuvimos muchos muertos, fueron siete personas, y la ironía, una señora alemana que tenía más de cien años encontró la muerte ahí”.
“Los daños patrimoniales son inmensos. En Italia cualquier pueblito tiene patrimonios culturales enormes. Ahí había muchas iglesias, casa, torres y edificios del 1400 al 1600, eran muy débiles y un sismo de magnitud 5.9 redujo todo a polvo, mucha destrucción”.
“Se calcula que hay una pérdida de 230 millones de euros. La plata es puro papel, la pérdida sentimental, la pérdida artística es incalculable. La región es la que más cultura llevaba en 1600, las grandes familias del medioevo siempre venían de esta parte. Hay que seguir adelante con espíritu hacia el futuro”.
“El sismo ha sido escuchado en toda Italia, sobre todo al norte hasta Venecia, el terremoto era muy profundo, a una profundidad de 11 kilómetros. Italia es una zona muy sísmica”.