Los dirigentes de la provincia de Granma, al este de Cuba, visitaron una granja que se dedica a criar curieles, una especie híbrida doméstica de roedor que se consume en otras latitudes y que el castrismo pretende incorporar a la dieta de los cubanos.

Imagen cortesia – tomada de El Nuevo Herald
Las imágenes han dado mucho de qué hablar en las redes sociales, donde los internautas han cuestionado la obesidad de los dirigentes y la falta de comida en la isla.
“Esto es una vergüenza. Nos quieren dar de comer ratas y clarias porque no han sido capaces de producir gallinas, conejos, puercos, vacas, lo que come el mundo normal”, dijo Emelyna Soca, una indignada cubana que leyó la noticia en Facebook.
La carne del cuy es muy apreciada en Perú y Ecuador, entre otros países. Cuba introdujo las primeras especies en los años 90, cuando terminaron los subsidios de la Unión Soviética y el país se vio obligado a vivir con lo que producía.
Además del cuy, el régimen cubano también introdujo la claria, una especie invasiva que ha destruido el ecosistema de los ríos cubanos.
Debido a la nueva crisis económica, producto de la pandemia de coronavirus y la debacle del régimen aliado de Nicolás Maduro, Cuba ha impulsado nuevamente la cría de curieles como paliativo a la escasez generalizada de alimentos.
“El cuy no es malo. Es una carne rica como otra cualquiera. Hay mucha gente que le tiene asco porque parece un ratón, pero se comen las jutías. Es más o menos lo mismo y en el mundo entero se come”, dijo Ernesto Cruz, un criador de curieles en Bayamo.
En la isla varios de los criadores de curieles se han agrupado en Facebook para compartir consejos sobre la cría de los animales, así como intercambiar o vender sus producciones.
“Yo criaba puercos, pero con la escasez de pienso y de salcocho me puse a criar cuyes que no llevan tanta comida ni cuidados”, dijo un campesino de Mayabeque que no quiso ser identificado por temor a represalias del gobierno.
Hace dos años el nonagenario comandante de la revolución Guillermo García Frías dijo que el país estaba interesado en producir jutías, avestruces y cocodrilos para la alimentación y exportación, lo que provocó una oleada de críticas en las redes sociales.
“El avestruz es introducida. No es original de nuestro país. Y esta avestruz produce más que una vaca”, dijo entonces el comandante frente a las cámaras de la televisión cubana.
A pesar de la ilusión que despertó en algunos sectores, hasta el momento los cubanos ni siquiera tienen asegurado una porción de jutías, avestruces o cocodrilos en las tiendas del régimen. El pollo, comprado en Estados Unidos, es el principal tormento de la gente que hace filas de horas para poder comprar una de las pocas carnes que vende el gobierno en sus desabastecidas tiendas.
Fuente: El Nuevo Herald