La Justicia rusa impuso hoy al líder opositor Alexei Navalny una pena de tres años y medio de prisión al hacer efectiva una sentencia suspendida de 2014 que fue calificada de arbitraria por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La jueza del caso dictaminó que Navalny, que volvió a Rusia en enero tras recuperarse del envenenamiento con el agente químico Novichok, violó la libertad condicional al no personarse el pasado año ante la autoridad competente.
Estas declaraciones provocaron tensos intercambios con los abogados de Navalny.
Para los servicios penitenciarios (FSIN), el interesado no se presentó ante ellos como lo preveía su control judicial. Por su parte, la defensa insistió en que Navalny estaba convaleciente en Alemania recuperándose de un envenenamiento, del cual acusa al presidente Vladimir Putin.
Presente en la audiencia, Navalny aseguró haber comunicado a los FSIN su dirección en Alemania. “Qué otra cosa hubiera podido hacer? ¿Necesitaban que les enviase el video de mi fisioterapia?”, dijo desde el cubículo de vidrio reservado a los detenidos.
Navalny cumplió parte de la condena bajo arresto domiciliario, pero se expone a unos dos años y medio de cárcel.
El martes, la policía detuvo a por los menos un centenar de personas en la puerta del tribunal, según la oenegé especializada OVD-Info. El equipo de trabaja con Navalny había convocado una manifestación, algo prohibido por las autoridades.
La audiencia tiene lugar tras dos fines de semanas de manifestaciones de apoyo al opositor en toda Rusia que se saldaron con miles de detenciones.
Activista anticorrupción y enemigo del Kremlin, Navalny fue encarcelado a su vuelta de Alemania a Rusia el 17 de enero, a pedido de los servicios penitenciarios.
Su detención provocó nuevas tensiones entre Rusia y Occidente. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, tiene previsto viajar a Moscú el viernes y pidió ver a Navalny.
El gobierno ruso confió este martes en que la Unión Europea (UE) no cometa la “insensatez” de condicionar sus relaciones con Moscú al destino de “un interno en un centro de detención”, según palabras del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
La presidenta en ejercicio de la OSCE, la ministra de Relaciones Exteriores sueca Ann Linde, subrayó este martes ante su homólogo ruso Serguéi Lavrov en Moscú “la preocupación de Suecia y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa por el deterioro en el área de la democracia y los derechos humanos en Rusia”.
Múltiples causas judiciales
Navalny es objeto de múltiples procedimientos judiciales.
El viernes comparecerá por “difamación” contra un antiguo combatiente por haber criticado una campaña publicitaria a favor del Kremlin en la que aparecía. Se arriesga a sanciones que van desde una multa a cinco años de prisión.
También está acusado en una investigación por fraude, un delito que se castiga con hasta diez años de detención, por haber malversado, según las autoridades, donaciones dirigidas a su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK).
Desde su regreso, la justicia rusa ha multiplicado las acciones contra Navalny y sus aliados políticos, de los cuales casi todos están bajo arresto domiciliario, encarcelados o procesados desde hace unas semanas.
El opositor logró movilizar a sus partidarios con dos fines de semana consecutivos de manifestaciones, especialmente en regiones rusas tradicionalmente más apáticas que Moscú o San Petersburgo. Esta vez hubo protestas en más de un centenar de localidades.
La respuesta policial fue masiva: el domingo hubo más de 5.400 arrestos en todo el país, un récord en la historia reciente de Rusia, según OVD-Info.
Las fuerzas de seguridad acordonaron el centro de Moscú, lo que impedía acercarse a la plaza Lubianka, sede de los servicios de seguridad del país (FSB) y lugar inicial de la cita.
Estas protestas también están alimentadas por la difusión de una investigación del opositor que acusa a Putin de beneficiarse de un “palacio” a orillas del mar Negro, descargada más de 100 millones de veces en YouTube.
Fuente: EFE