Alejado del poder que mantuvo durante casi 14 años, el expresidente boliviano Evo Morales enfrenta un creciente descontento en su partido que se manifestó en una reunión partidaria en la que, en medio de una trifulca, una silla lanzada por militantes impactó en el exmandatario.
El incidente ocurrió el lunes en la región cocalera del Chapare, en el centro de Bolivia, reducto de Morales. “Renovación”, gritaban los militantes del Movimiento al Socialismo (MAS) en rechazo a un candidato a gobernador. Imágenes difundidas por las redes sociales mostraron el momento en que una silla de plástico impactaba en la cabeza de Morales sin provocarle heridas.
“Denunciamos que la derecha golpista trata de destruir la unidad del MAS enviando infiltrados para generar violencia en nuestros ampliados (reuniones)”, tuiteo Morales. “Tenemos problemas en algunas regiones, es el partido más grande y con la victoria en las elecciones nacionales (de octubre) hay expectativas y buscamos consensos para las candidaturas”, había dicho poco antes del incidente.
Tras casi 14 años en el poder, Morales renunció el año pasado en medio de un estallido social que provoco 36 muertos después de unas elecciones denunciadas como fraudulentas. Regreso del exilio hace un mes tras la victoria de su partido en los comicios presidenciales de octubre en los que resultó ganador su heredero político, Luis Arce. Ahora Morales dirige el partido, que busca candidatos para las elecciones regionales de marzo cuando se elegirán nueve gobernadores y más de 300 alcaldes.
El MAS, de izquierda, es el partido más grande y organizado frente a una oposición de centro y de derecha que quedó débil y dividida tras la victoria de Arce. Sin embargo, la fuerza política -que también tiene una fuerte presencia sindical e indígena- afronta demandas de renovación interna.
Cuando era presidente las decisiones de Morales eran incuestionables en el partido. “Estas tensiones están mostrando la necesidad de democratizar al MAS. En el pasado no se permitía la disidencia”, opinó la analista María Teresa Zegada.
La semana pasada, Morales debió refugiarse tras una tensa reunión partidaria en un pueblo rural del sur donde sus seguidores cuestionaron a los postulantes elegidos. En otras tres localidades hubo similares incidentes. “Basta de dedazo”, se escuchó gritar a los militantes en rechazo a las designaciones. En otras regiones eligieron candidatos sin el aval de Morales.
Arce se ha apartado de los asuntos del partido para abocarse a la gestión y está marcando un nuevo estilo que le ha ganado simpatías. Viaja en vuelos comerciales por razones de austeridad, aparece poco en los medios y ocasionalmente usa Twitter, contrariamente a Morales.
Fuente: El Nuevo Herald