Uno de cada cuatro adultos en Estados Unidos es obeso y prácticamente uno de cada 10 lo es en forma severa, de acuerdo con un estudio del gobierno difundido el jueves.
Los hallazgos del Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) provienen de un sondeo de salud hecho en 2017-2018 que midió el peso y la altura y donde participaron 5.000 adultos.
El sondeo encontró que la tasa de obesidad era de 42%, mayor que el 40% hallado en un estudio similar en 2015-2016. La tasa de obesidad severa fue de más de 9% en el nuevo sondeo, comparado con 8% de la encuesta anterior.
Hablando en términos de estadística, estos incrementos no son tan importantes. Los números de los sondeos son a veces tan mínimos que hay una posibilidad matemática de que las tasas en realidad no hubiesen aumentado.
Sin embargo, queda claro que las tasas de obesidad van en aumento, dijo Cynthia Ogden, una de las autoras del reporte de los CDC.
Hace medio siglo, uno de cada 100 estadounidenses era severamente obeso. Ahora es 10 veces más común.
La tasa de obesidad ha aumentado 40% en las últimas dos décadas.
Los hallazgos sugieren que más estadounidenses padecerán diabetes, enfermedades cardiacas y cáncer, dijo el doctor William Dietz, experto en obesidad de la Universidad George Washington.
Esto también está dificultando la atención médica para tanta persona con obesidad severa, dijo Dietz. El médico calcula que, en promedio, un médico general tiene en promedio 100 pacientes obesos bajo su cuidado.
Los CDC no reportaron los datos de obesidad en niños y adolescentes. Eso podría conocerse más adelante este año, dijo Ogden. En 2015-2016, 18,5% de niños y adolescentes eran obesos y poco menos del 6% eran severamente obesos.
Dietz criticó al gobierno por no impulsar más medidas para promover la actividad física y mejorar la alimentación.
La obesidad se mide con el índice de masa corporal (IMC), con base en el peso y la altura de una persona. Un IMC de 25 o mayor se considera sobrepeso, de 30 en adelante es obeso y 40 o más es severamente obeso.
Fuente: El Nuevo Herald