Los intentos de la oposición demócrata para presentar nuevos testigos en el juicio político del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibieron un duro golpe en la noche del jueves y el viernes, cuando dos senadores republicanos que se consideraba podrían llegar a apoyar la iniciativa, se manifestaron en contra de ella.
Se trata de la representante de Alaska, Lisa Murkowski, y Lamar Alexander, de Tennessee. Los demócratas, que son minoría en el Senado, necesitan cuatro votos republicanos para permitir que los testigos brinden sus testimonios, y tanto Murkowski como Alexander estaban entre los posibles votos a favor junto a Susan Collins, de Maine, y Mitt Romney, de Utah.
“Dada la naturaleza partidista del procedimiento de destitución desde su inicio, he llegado a la conclusión de que no habrá un juicio justo en el Senado. No creo que continuarlo cambie nada. Es triste admitirlo, pero el Congreso como institución ha fallado”, dijo Murkowski en un comunicado.
Horas antes, Alexander también había expresado su reticencia a través de una publicación en sus redes sociales: “Fue inapropiado que el presidente le pidiera a un líder extranjero que investigara a su oponente político y retuviera ayuda económica para alentar esa investigación. Pero la Constitución no le da al Senado el poder de remover al Presidente de su cargo y prohibirle competir en las elecciones simplemente por acciones que son inapropiadas”, expresa un pasaje de su declaración.
Por su parte, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo el viernes que una absolución de Donald Trump sin nuevos testigos sería “insignificante».
“Este país se encamina hacia el mayor encubrimiento desde Watergate”, agregó el senador en alusión al escándalo político por el robo de documentos demócratas en sus oficinas del edificio Watergate, en Washington, y que derivaron en la renuncia en 1974 del entonces presidente Richard Nixon.
“Si mis colegas republicanos se niegan a considerar testigos y documentos, entonces una absolución sería insignificante porque sería el resultado de una farsa de juicio”, dijo Schumer a la prensa.
El congresista parecía resignado ante una absolución de Trump de los cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso, que los demócratas habían imputado al mandatario republicano por sus presiones a Ucrania para que investigase al ex vicepresidente demócrata Joe Biden, un posible rival en los comicios de noviembre, y luego obstaculizara la investigación del Congreso al respecto.
Los demócratas deben tener en cuenta, además, el posible impacto que tendría prolongar el juicio político en la campaña para los “caucus” (primarias) que se celebran el próximo lunes en Iowa, y a los que concurren cuatro miembros de su partido en el Senado: Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Amy Klobuchar y Michael Bennett.
El voto exprés marcaría un fuerte contraste con el último juicio político de EEUU, el celebrado en 1999 contra el entonces presidente Bill Clinton, en el que el Senado convocó testigos y luego deliberó durante tres días a puerta cerrada antes de emitir su pronunciamiento.
Si no consiguen la convocatoria de nuevos testigos y documentos, como todo indica hasta el momento, se espera que el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, busque una votación final sobre los cargos contra Trump.
Ello podría ocurrir la noche de este mismo viernes, aunque podría haber un aplazamiento.
La absolución es el escenario más probable, teniendo en cuenta que se requiere el apoyo de dos tercios (67 votos) del Senado para destituir al presidente. Y los 53 senadores republicanos se han mantenido firmes detrás del Presidente.
La sesión en el Senado comenzó este viernes hacia las 13:00 (18:00 GMT) con dos horas de argumentos finales tanto para la acusación de Trump como para sus abogados, por lo que el voto sobre testigos podría aplazarse hasta las 17:00 (22:00 GMT) si la defensa utiliza todo el tiempo que tiene disponible, algo poco probable.
Con información de AFP, Infobae y EFE