Manuel Marrero Cruz es el nuevo primer ministro de Cuba, cargo que había desaparecido de la estructura del poder en en esa nación desde 1976. La designación, tras haberse efectuado una reforma constitucional, podría parecer un paso importante en el intento por recuperar la institucionalidad en la isla; sin embargo, un breve análisis de la trayectoria de Marrero Cruz, permite intuir el propósito detrás de la designación, hecha a su vez por el designado presidente Miguel Díaz-Canel.
El recién nombrado primer ministro cubano, según lo publica el diario Granma, órgano oficial del partido comunista de Cuba, se desempeñaba como Ministro de Turismo hace 16 años, y fue seleccionado para esta responsabilidad por el desaparecido Fidel Castro Ruz.
Para los conocedores de la realidad cubana, es claro que ministerios de desempeño estratégico para la economía del país como lo es el de turismo, únicamente les son encomendados a los incondicionales de quienes verdaderamente llevan los hilos del poder en el país.
El tiempos de Fidel Castro, el nombramiento a Marrero Cruz se lo otorgó quien único podía hacerlo, con el control de todos los poderes bajo su mando.
En la actualidad, con un presidente que públicamente reitera su espíritu de continuidad del estilo con que se ha llevado el país durante las últimas seis décadas, y que reconoce en Raul Castro su consultor para las decisiones de gobierno, no es difícil concluir que el cargo de primer ministro ha sido puesto en manos de alguien cuya trayectoria permite ubicarlo en el reducido grupo de extrema confianza para los celosos veladores de la continuidad.
Es el caso de Marrero Cruz, quien desde este momento deberá ser el aliado de Díaz-Canel al frente del Concejo de Ministros.
Marrero Cruz es arquitecto de profesión, se ha mantenido durante años ocupando responsabilidades en instalaciones turísticas en el norte de Holguín, provincial ubicada en la region nororiental cubana; su ascenso paulatino le permitió ocupar diferentes cargos en la dirección de hoteles en las provincias orientales y en Varadero, según lo refleja el periódico cubano Granma.
En 1999 fue promovido a vicepresidente primero del Grupo de Turismo Gaviota y un año después a Presidente de esa corporación que como se sabe, pertenece al conglomerado de empresas agrupadas bajo GAESA, administrado por la jerarquía militar de la isla.
En el aval del nuevo primer ministro cubano, refiere el periódico Granma, se cuenta una rica experiencia en negociaciones con contrapartes extranjeras y la participación en eventos internacionales.
Podría significar entonces que Cuba ha elegido como su primer ministro a un hábil negociador, con capacidad de administrar y potencial para levantar la maltrecha economía afectada por una nueva etapa de crisis “coyuntural”; pero quien es el nuevo zar de la economía en La Mayor de las Antillas, por sus obras lo conoceréis, la trayectoria descrita hasta el momento ofrece la respuesta.
Fuente: DLA