Cerca de 3.000 casos de hepatitis A han sido reportados en la Florida en lo que va de año, lo que supone una cantidad extraordinaria de infección hepática (hígado) contagiosa.
Le siguen los condados de Pinellas, al oeste de Tampa, donde está ubicada la localidad de Clearwater y St. Petersburg, y Volusia, al norte de Orlando, con Daytona Beach como municipio principal, con 344 y 208 casos respectivamente.
El sur de la Florida muestra cifras menores, aunque igualmente preocupantes, con Palm Beach en el puesto número 12 del estado con 54 casos, Miami-Dade en el 21 con 27 enfermos reportados y Broward en el 23 con 13 pacientes.
El condado Monroe, donde encontramos a Cayo Hueso y Marathon, reporta un solo caso.
Según la norma establecida, una cifra por encima de cinco es considerada un brote y por lo tanto el Departamento de Salud insta a la población a tomar las precauciones necesarias.
Los síntomas de la hepatitis A son:
- Nausea
- Fiebre
- Diarrea
- Dolor de estómago
- Fatiga
- Coloración amarilla de la piel
“La hepatitis A es una infección hepática (hígado) contagiosa que causa inflamación y puede durar desde semanas hasta meses”, explicó a DIARIO LAS AMÉRICAS el doctor Javier Santos.
“El padecimiento no suele ser crónico, ni causa daño permanente sobre el hígado pero sí causa malestares físicos, como cansancio e incluso dolor en algunos casos”, amplió.
De hecho, el virus se propaga a través de alimentos o bebidas contaminadas que han estado expuestas a la materia fecal de alguien que tiene el virus.
El microbio también puede ser ingerido al comer mariscos crudos que han sido contaminados por aguas residuales.
“Tras la infección, el sistema inmunitario produce anticuerpos y confiere al hígado inmunidad contra futuras infecciones”, anotó.
Por ello, los médicos recomiendan lavarse muy bien las manos tras ir al baño o cambiar pañales.
Otras hepatitis más peligrosas
También existe la hepatitis B, que es otra enfermedad infecciosa del hígado causada por un virus que pertenece a la familia Hepadnaviridae (virus ADN hepatotrópico) y caracterizada por necrosis hepatocelular e inflamación. Puede causar un proceso agudo o un proceso crónico, que puede acabar en cirrosis del hígado, cáncer de hígado, insuficiencia hepática, fatiga, fiebre, ictericia e incluso la muerte.
Por otra parte, la hepatitis C, que es la más peligrosa, es causada por el virus de la hepatitis C (VHC). La infección suele ser aguda y hasta producir lesión permanente en el hígado y a la larga originar cirrosis. En algunos casos, los pacientes con cirrosis también presentan insuficiencia hepática, cáncer de hígado y varices esofágicas potencialmente fatales.
Fuente: DLA