El director general de Boeing reconoció el domingo que la compañía cometió un «error» en la manera como manejó un problemático sistema de alarma en la cabina de sus aviones 737 Max antes de que ocurrieran dos accidentes en los que murieron 346 personas.
También prometió transparencia, mientras el fabricante estadounidense intenta recuperar la autorización para que su aeronave más vendida vuele de nuevo.
En la víspera del Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París, Dennis Muilenburg dijo a los reporteros que la comunicación de la empresa con reguladores, clientes y el público «no fue consecuente. Y eso es inaceptable».
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus iniciales en inglés) culpó a Boeing de no informar durante más de un año a los reguladores de que un indicador de seguridad en la cabina de pilotos del Max no funcionaba de manera adecuada.
«Evidentemente cometimos un error en la implementación de la alerta», dijo Muilenburg.
Los pilotos también han expresado su molestia debido a que la empresa no les avisó sobre el nuevo software que ha sido implicado en los accidentes.
El directivo se mostró optimista de que el Boeing 737 Max obtendrá la autorización para reanudar sus operaciones por parte de Estados Unidos y demás reguladores a nivel mundial antes de que finalice el año.
«Nos tomaremos el tiempo que sea necesario» para garantizar la seguridad del Max, declaró.
Desde hace tres meses se prohibió usar esos aviones a nivel mundial, y aún falta que los reguladores aprueben los ajustes que Boeing realizó a su software.
Muilenburg dijo que los choques de las aeronaves de Lion Air y Ethiopian Airlines representan un «momento decisivo» para Boeing, pero indicó que cree que a partir de ello la compañía será «mejor y más sólida».
En Estados Unidos, Boeing ha sido criticado por miembros del Congreso y la FAA por la manera en que reportó el problema en torno a una luz de advertencia en la cabina de pilotos.
La compañía descubrió en 2017 que la luz que advertía a los pilotos cuando los sensores que miden el ángulo de la nariz de la aeronave podrían presentar fallas, únicamente funcionaba si las aerolíneas adquirían una función por separado.
Los sensores de medición de ángulo han sido implicados en el accidente de Lion Air en Indonesia en octubre de 2018 y en el de Ethiopian Airlines de marzo de este año. Los sensores presentaron fallas y alertaron al software para que hiciera descender la nariz de las aeronaves. Los pilotos no pudieron recuperar el control de los aviones.
Con información de AP
Fuente: Infobae