“La medida fue aprobada por el Congreso hondureño, porque la policía Nacional vive una de las peores crisis de su historia, la crisis más grave desde que Honduras retornó en la década de los 80 a la vida institucional. El país está atravesando en este momento la ola de criminalidad, la ola de violencia, la ola de delincuencia más fuerte de su historia, amenazada por una creciente ola de narcotráfico, de crimen organizado, de sicariato. Y frente a la corrupción en la policía que ha quedado más que evidenciada a finales de octubre de este año, luego de que un hecho particular, la participación de agentes de la policía, según ellos mismos lo han reconocido, en asesinatos les han colocado en la picota de la opinión pública”.
“Sacar los militares a la calle es una acción de emergencia frente a los últimos acontecimientos que tiene al país al borde de intervenir la Policía Nacional”.
“Se le planteó al presidente Lobo que las amenazas contra la libertad de expresión y las amenazas contra la prensa son creciente, especialmente de cara a los últimos acontecimientos policiales y él nos dijo a los directores de medios que lo que había que hacer era buscar estrategias personales para defenderse, que el estado no podía dar respuesta especial al hecho de los periodistas porque la situación se estaba planteando igual en todos los sectores de la sociedad, incluso nos llegó a decir: yo también tengo que tomar mis propias medidas para defenderme”.
