“Ante las tremendas consecuencias que tendría una implosión de la eurozona, parece haber poca capacidad para tomar decisiones serias, entonces esto hace que una crisis que hubiera podido ser perfectamente prevenible, mientras más tiempo transcurre más difícil se está volviendo el resolverla porque las soluciones van poniéndose cada vez más complicadas y más dolorosas. Considerando que el principal socio que tiene Estados Unidos es Europa, el hecho de que en estos momentos pareciera que Europa va a tener una recesión el año que entra que podría llevar quizás a un crecimiento negativo, alrededor del 25 de las economías de esta zona monetaria, entonces esto es mala noticia para Estados Unidos porque eso implicará una menor demanda de productos estadounidenses y potencialmente también podría implicar un dólar mucho más fuerte relativo al euro lo cual hace que se encarezcan los productos que Estados Unidos exporta y lleva a que también las cosas que los europeos le puedan vender a Estados Unidos se abaraten”.
