El senador republicano Marco Rubio se vio acorralado el miércoles por estudiantes, maestros y padres de familia enojados que están exigiendo medidas más firmes de control de armas tras la masacre que cobró 17 vidas en una secundaria de Florida.
Uno de los que confrontó al legislador en una sesión de preguntas y respuestas organizada por la cadena CNN fue Fred Guttenberg, cuya hija Jaime de 14 años fue asesinada el 14 de febrero junto con otras 16 personas. Rubio fue el único republicano en la reunión difundida a nivel nacional después de que el gobernador de Florida Rick Scott y el presidente Donald Trump declinaron las invitaciones para acudir al evento en Sunrise, en ese estado.
Guttenberg le dijo a Rubio que sus comentarios sobre el tiroteo “y los de su presidente esta semana han sido patéticamente débiles”.
La gente se puso de pie y vitoreó a Guttenberg cuando él desafió a Rubio a que le dijera la verdad, que reconociera que “las armas fueron el factor en la cacería de nuestros hijos”.
Guttenberg añadió: “Y dígame que trabajará con nosotros para hacer algo acerca de las armas”.
Rubio respondió que los problemas que quedaron al descubierto por la balacera “no pueden ser solucionados sólo con las leyes de armas”, lo que le granjeó una silbatina de la multitud. El senador respondió que respaldaría leyes que prohíban que los jóvenes de 18 años y menores compren ese tipo de armas, apoyaría modificar el sistema de verificación de antecedentes y eliminar los llamados “bump stocks”, mecanismos que permiten modificar un arma semiautomática para convertirla en automática.
Dijo que si creyera que la prohibición de armas de asalto “hubiera prevenido que esto ocurriera, la habría respaldado”. Eso también fue abucheado. Visiblemente enojado, Guttenberg le respondió: “Esa es una arma de guerra”.
El senador Bill Nelson y el congresista Ted Deuch, ambos demócratas, también estuvieron presentes en el estrado.
Nelson dijo que creció en una hacienda y practicó la cacería toda su vida.
“Todavía voy de cacería con mi hijo, pero un AK-47 y un AR-15 no son para cazar, son para matar”, afirmó Nelson ante el aplauso de los asistentes.
Ryan Schachter, cuyo hermano Alex fue muerto a balazos en la secundaria Stoneman Douglas en Parkland, fue uno de los que cuestionó a los legisladores.
“Se supone que tengo que regresar a la escuela la próxima semana”, dijo Schachter. “A mí y a mis amigos nos preocupa ser asesinados en nuestros salones de clases”.
La alumna Cameron Kasky se dirigió a Rubio con toda franqueza: “Es difícil no verlo a usted y no ver al mismo tiempo el cañón de un AR-15 y no ver a Nikolas Cruz” _el presunto asesino en Parkland_, antes de preguntarle a quemarropa: “¿Puede usted decirme en este momento que no aceptará ni un solo donativo de la NRA?” La sala estalló en vítores mientras Rubio respondía que la gente respalda su agenda y que él apoya las leyes para mantener las armas fuera de las manos de las personas desequilibradas.
El legislador dijo que no respalda darles armas a los profesores, y Nelson estuvo de acuerdo con él al afirmar que la sugerencia de Trump de armarlos era “una idea terrible”.
Poco antes de que comenzara el evento de preguntas y respuestas, Scott Israel, jefe policial del condado Broward desgarrado por la masacre, habló ante la audiencia que lo vitoreaba, haciendo que los asistentes se pusieran de pie al exhortarlos a seguir presionando para que haya controles de armas más estrictos.
Fuente: Associated Press