El presidente Donald Trump hizo una parada no anunciada este miércoles en una estación de bomberos en West Palm Beach, en donde resaltó la reforma fiscal recientemente aprobada y el número de legislaciones sancionadas en su casi primer año de mandato.
En un parada no programada en la estación de bomberos número 2 de West Palm Beach, ubicada en el 4301 S Dixie Highway, y tras unos apretones de manos, Trump habló durante unos siete minutos ante más de 40 efectivos de este cuerpo y flanqueado de directivos de esta dependencia y de los bomberos del condado de Palm Beach.
Vestido con traje negro y corbata roja y parado delante de un camión de bomberos, Trump aprovechó la ocasión para hacer un recuento de algunos de los logros de su casi primer año en la Presidencia y destacó que desde que fue elegido en noviembre del año pasado la Bolsa de Valores ha registrado récords hasta 84 veces.
El presidente se refirió también a la reciente reforma fiscal, aprobada en el Congreso con los votos de los republicanos y que él firmó poco antes de dirigirse al sur de Florida para pasar las Navidades y puso de relieve la cantidad de normas aprobadas durante su mandato, las cuales superan a su juicio el «récord de Harry Truman».
«Tenemos el récord de todos los tiempos de detener las regulaciones ridículas, y estamos muy orgullosos de eso, esa es una de las razones por las que las acciones están a un nivel récord», aseveró el mandatario, según recogió el pool de periodistas que lo acompaña.
Poco después, y tras felicitar a los bomberos por su labor, la comitiva se dirigió nuevamente al club privado Mar-a-Lago, en cuyo estacionamiento habían sido vistos momentos antes Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner.
El presidente inició su jornada de este miércoles en el Trump International Golf Course y sobre las 2 de la tarde, hora local, regresó a Mar-a-Lago.
Como es habitual, en la vía que da acceso al club se apostaron algunos seguidores con cárteles en los que se leía «Trump 2020».
El presidente Trump se halla desde el fin de semana pasado en Mar-a-Lago, el club social del cual es propietario, ubicado en Palm Beach y a la que llama la «Casa Blanca de Invierno».
Le acompañan su esposa, Melania, el hijo de ambos, Barron, y otros miembros de su familia.
Desde que asumió la Presidencia, Trump ha pasado más de 40 días en Mar-a-Lago, donde su rutina en la gran mayoría de los casos se inicia con el desplazamiento a su club de golf privado para disfrutar de su deporte favorito.
La inusual frecuencia de Trump de visitar lugares de su propiedad ha generado suspicacias entre la opinión pública, dado los posibles conflictos de interés y lo que puede ser percibido como un uso de un cargo público para dar publicidad a negocios privados.
El medio digital Politico publicó la semana pasada una información acerca de la acusada subida de los precios de la gala para recibir el año nuevo que tendrá lugar en Mar-a-Lago el 31 de diciembre.
El año pasado, los socios pagaron 525 dólares y sus invitados 575 dólares por asistir a la gala, en la que Trump y su esposa estuvieron, pero este año deberán desembolsar 600 dólares los socios y 750 los invitados, de acuerdo con Politico.
Fuente: DiarioLasAmericas.com