El hospital Saint Anthony de Chicago es un campo de batalla de la crisis de los opiáceos en Estados Unidos.
Los drogodependientes que buscan ayuda aquí son los casos más difíciles. Llegan con un historial de detenciones, relaciones rotas y problemas de salud mental.
En el centro, un nuevo equipo trabaja en favor de estos pacientes, haciéndolos coincidir con el tratamiento de la adición en la comunidad y asegurándose de que se recuperan.
En todo Estados Unidos están surgiendo programas similares en hospitales. Estas iniciativas están financiadas por ayudas federales para abordar la crisis de opiáceos, autorizadas por el Congreso el año pasado dentro de la Ley de Curas del Siglo XXI.
Illinois invierte 2,4 millones de dólares de los fondos que recibe por esta ley en los llamados programas de «transferencia caliente» en Saint Anthony y en ocho hospitales más.
El consejero de adicciones DeValle Williams dice que «se trata de no rendirse» con los pacientes.
Fuente: Associated Press