Horas después de haberle dado muerte al músico Corey Jones a un lado de la autopista I-95, el detective de la policía de Palm Beach Gardens Nouman Raja recorrió el lugar de los hechos con investigadores, e insistió emocionalmente que no le quedó más remedio que dispararle al hombre.
En una declaración grabada en audio que se dio a conocer recientemente, Raja le dijo a los investigadores que esa noche de octubre del 2015 Jones se bajó de su todoterreno.
“En cuanto le dije, que era la policía, dio un paso atrás y recuerdo claramente que sacó un arma y me apuntó con ella. Vi ese brillo plateado, puedo jurarlo. El arma tenía un rayo laser y vi la luz roja parpadeando frente a mí”, dijo Raja.
Raja afirma que le gritó: “¡Suelta el arma! ¡Suelta el arma!”, pero que Jones no lo obedeció. “Él estaba justo frente a mí y recuerdo haber apretado el gatillo, creo que dos o tres veces, y entonces él echó a correr”.
La declaración en audio es el recuento de with Raja de lo que ocurrió esa noche, algo que los fiscales de Palm Beach creen que es una flagrante mentira, que contradice la grabación del celular de Jones y otras evidencias.
El asesinato de Jones, un músico muy querido en la comunidad, cuyo auto se rompió a un lado de la vía, no es sino otro incidente en una serie de incidentes fatales en los que la policía mata a tiros a afroamericanos en distintas partes del país, lo que ha provocado enconadas protestas y manifestaciones y de nuevo ha sacado a discusión las tácticas policíacas.
Sin embargo, a diferencia de otros muchos casos en los que los fiscales han desestimado los cargos, la Fiscalía Estatal del Condado Palm Beach acusó a Raja de homicidio culposo y de intento de asesinato. Raja se declaró inocente y está en espera de juicio.
Desde el incidente, Raja, que trabaja como detective en ropa de paisano y se encarga de investigar robos de autos, fue despedido por la policía de Palm Beach Gardens.
Jones, de 31 años, y músico de Boynton Beach, regresaba a su casa después de una noche de trabajo en Jupiter con su banda de reggae cuando su todoterreno se averió a un lado de la autopista. Después que un amigo y un Road Ranger trataron de ayudarlo —Jones no quería dejar su costosa batería en la furgoneta— Jones llamó a la asistencia de carretera de la AT&T en busca de ayuda.
La grabación en audio de la llamada a la AT&T se dio a conocer el lunes y contradice por completo la versión de Raja de lo que sucedió.
Mientras esperaba que llegara la ayuda que pidió por teléfono, Raja detuvo su auto patrullero sin insignias frente a la furgoneta averiada de Jones. Estaba amaneciendo. Dijo que pensó que el todoterreno estaba vacío.
Raja jura haberle dicho: “Soy policía, ¿cómo puedo ayudarlo?”.
Sin embargo, la llamada de AT&T muestra otra cosa. La puerta de Jones estaba abierta, con la alarma activada, lo que sugiere que estaba fuera del auto esperando cuando Raja se le acercó.
Raja said: “¿Estás bien?”
Jones: “Estoy bien”.
Raja: “¿De verdad?”.
Jones: “Sí”.
Raja: “¡Sube tus puercas manos! ¡Sube tus puercas manos!”.
Jones: “¡Un momento, espera!”
Raja: “¡Sube tus puercas manos! ¡Suelta el arma!”.
Un investigador de la Fiscalía concluyó que Raja se comportó de inmediato de forma hostil con Jones.
Entonces Jones se alejó corriendo del auto. Y Raja disparó tres veces en dos segundos. “Ay, Dios”, dijo la operadora de AT&T. Diez segundos más tarde, según la grabación, Raja hizo tres disparos más.
La policía encontró el cuerpo sin vida de Jones a 200 pies de su todoterreno y una pistola de calibre .380 a unos 70 pies del auto. Dos expertos médicos, en opiniones que se dieron a conocer el martes, coincidieron en afirmar que pudo haber corrido 40 yardas después de haber sido baleado en el corazón y en los pulmones.
La Fiscalía cree que Raja llamó al 911 más de 30 segundos después, y orquestó una situación para que la operadora lo escuchara.
Ya para entonces, dijeron los fiscales, Jones podía estar muerto a causa de los disparos.
Raja afirma haber hecho la segunda ronda de disparos porque vio Jones volverse y apuntarle con la pistola.
“Recuerdo haber pensado que me estaba apuntando”, le dijo Raja a la policía.
Cuando llegó un sargento, los dos voltearon el cadáver de Jones en busca de un arma, pero no había ninguna.
“Cuando regresé a mi carro, ya habían llegado los rescatistas, y yo estaba lleno de sangre”, le declaró Raja a la policía. “Les pregunté si me podían limpiar y empezaron a hacerlo con peróxido”.
Fuente: elNuevoHerald.com
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