El magnate aceptó «humildemente» la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
«Con humildad y agradecimiento acepto la candidatura para la presidencia de Estados Unidos», exclamó Trump vitoreado por los 2.500 delegados republicanos en Cleveland y visto por millones de televidentes. «Juntos, llevaremos nuestro partido de regreso a la Casa Blanca», añadió.
«Tengo un mensaje para ustedes: el crimen y la violencia que hoy aflige a nuestra nación pronto acabarán», afirmó Trump, asegurando que, de ganar las elecciones, en su primer día en la Casa Blanca, el 20 de enero de 2017, «la seguridad será restaurada».
Trump culpó a Clinton del surgimiento del grupo yihadista Estado Islámico y por cosechar el caos en Egipto, Irak, Siria y Libia. «Este es el legado de Hillary Clinton: muerte, destrucción, terrorismo y debilidad», afirmó.
En tanto, también apuntó hacia Barack Obama y lo responsabilizó por el clima de tensión racial que recorre el país. «La retórica irresponsable de nuestro presidente, quien ha usado el púlpito de la presidencia para dividirnos por raza y color, ha creado en Estados Unidos un entorno más peligroso para todo el mundo»
A su vez, reiteró la polémica promesa de construir un muro en la frontera con México. «Vamos a construir un gran muro fronterizo para detener la inmigración ilegal, detener las pandillas y la violencia, y detener el paso de las drogas», declaró Trump.
En ese sentido, reiteró que suspenderá la inmigración desde países asociados al terrorismo. «Debemos inmediatamente suspender la inmigración de todo país que esté comprometido con el terrorismo, hasta que mecanismos de control probados se pongan en marcha», afirmó el millonario de 70 años. «No los queremos en nuestro país», resaltó ante vítores y aplausos de sus simpatizantes en la convención.
Su discurso coronó el increíble ascenso a la cumbre del ‘Gran Old Party’ de un neófito de la política, quien con crudeza y estridencia supo mejor que nadie interpretar la desesperación de los perdedores de la globalización y canalizar su rabia hacia las clases dirigentes.