Enviar y recibir mensajes de texto mientras se conduce es más arriesgado que conducir mientras se está enojado o mentalmente distraído, sugiere un estudio reciente.
Investigadores de la Universidad de Houston y del Instituto de Transporte Texas A&M dijeron que los conductores tienen un sexto sentido que compensa la conducción distraída o emocional. Pero ese sentido adicional no se activa en los conductores que envían y reciben mensajes de texto, porque se interrumpe el circuito de coordinación entre ojo y mano, explicaron los investigadores.
«Lo que hace que los mensajes de texto sean tan peligrosos es que destrozan ese sexto sentido. Los coches sin conductor podrían resolver este y otros problemas, pero la moraleja de la historia es que los humanos tienen sus propios sistemas automáticos que son maravillosos, hasta que se descomponen», apuntó el líder del estudio, Ioannis Pavlidis, director del Laboratorio de Fisiología Computacional de la universidad.
Textear mientras se conduce es más arriesgado que conducir mientras se está enojado o distraído
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