Cuando fue electo por primera vez en el 2014, Carlos Curbelo parecía el rostro perfecto del nuevo Partido Republicano después de la derrota electoral de Mitt Romney: un joven hispano que apoya la reforma migratoria, cree en el cambio climático y es apreciado por los líderes republicanos en el Congreso.
Pero después llegaron las elecciones presidenciales del 2016 y salieron volando los planes republicanos —barridos por la fuerza populista de Donald Trump— de hacer crecer su partido aceptando la diversidad y suavizando sus posturas políticas. Trump insultó a algunos inmigrantes mexicanos al calificarlos de “violadores”, opinó que el calentamiento global es un “engaño” y desestimó las vacilaciones del presidente de la Cámara, Paul Ryan, sobre la posibilidad de darle su apoyo.
En medio de todo esto, el congresista Curbelo —de 36 años edad y quien ganó notoriedad nacional el año pasado cuando sugirió que Trump podría ser un títere colocado en la campaña por la demócrata Hillary Clinton— ha impulsado una agenda legislativa dirigida a conseguir victorias gradualmente en su primer año y tratar de atraer a los electores en un distrito que es hoy más demócrata que el que lo eligió al Congreso hace dos años
¿Puede un moderado como Curbelo sobrevivir en el Partido Republicano de Trump?
Sí, insiste Curbelo —suponiendo que el liderazgo de Trump de cara a los comicios de noviembre no termine con su carrera en el Congreso después de un solo término.
“Quienquiera que sea el ganador de las próximas elecciones, yo estaría dispuesto a trabajar con él, y estaría dispuesto a rendir cuentas”, dijo en una entrevista con el Miami Herald. “Y la prueba es que he podido trabajar con el gobierno de Obama, a pesar de tener muchos y profundos desacuerdos con ellos”.
En el año de Trump, el representante republicano de un distrito perennemente cambiante del sur de la Florida, está haciendo campaña en parte sobre la labor que ha realizado para ayudar al presidente demócrata.
Curbelo asegura que proyecto para refugiados venezolanos no es ley de ajuste.
Curbelo, por ejemplo, patrocina la legislación apoyada por la Casa Blanca para acreditar los programas de educación superior no tradicionales, como campamentos de capacitación para aprender programación informática. Ayudó a conseguir votos republicanos a favor de un acuerdo de libre comercio con Asia y vino con el presidente Barack Obama en el Air Force One a los Everglades.
Dentro de unas semanas, Curbelo tiene previsto presentar el tipo de proyecto de ley sobre el que puede hacer campaña en en una elección general, incluso si la propuesta de ley no tiene prácticamente ninguna posibilidad de conseguir un voto: una nueva versión de la ley DREAM, que contempla permitir que los inmigrantes que llegaron ilegalmente al país cuando eran niños se puedan quedar.
Su otro gran proyecto de ley es una propuesta para reducir las prestaciones sociales federales automáticas a los inmigrantes cubanos, el raro ejemplo de un político que trata de limitar la asistencia a su propia comunidad. Para el jueves, Curbelo ya tenía 46 copatrocinadores.
El congresista Carlos Curbelo presentó esta semana un proyecto de ley para suspender la concesión automática a los cubanos de los beneficios de asistencia federal que a la mayoría de los inmigrantes de otras nacionalidades les toma años obtener.
Hasta el momento, Curbelo ha hecho campaña sobre su éxito en conseguir la aprobación de propuestas más modestas. Consiguió para los estudiantes que aprenden inglés en escuelas públicas más tiempo para mejorar en Lectura y Matemáticas, una vieja batalla en el sur de la Florida, que ya conocía desde su época de miembro de la Junta Escolar del Condado Miami-Dade.
Hizo más estrictos los requisitos a las agencias gubernamentales para contratar a pequeñas empresas. Amplió responsabilidad a las empresas extranjeras en los derrames de petróleo. Consiguió dinero para proyectos de transporte en la Universidad Internacional de la Florida y en condados como Miami-Dade para reparar viejas tuberías de agua. Y ahora espera lograr que las becas federales Pell se otorguen durante todo el año a estudiantes universitarios, no sólo durante los semestres de otoño y primavera.
Curbelo afirma que la lucha interna de su partido lo obligó a reajustar sus expectativas legislativas.
A sólo semanas de haber comenzado su período, se encontró en el lado perdedor de una votación republicana dividida que bloqueaba fondos a la seguridad nacional. La pérdida presagió la salida del entonces presidente de la Cámara, John Boehner, un momento Curbelo llama “doloroso”.
“Fue entonces cuando me di cuenta que muchas de las esperanzas que teníamos para este Congreso, en el sentido de que todo iría muy bien, que teníamos mayorías en ambas cámaras, que podíamos encontrar algún consenso con el Presidente en diferentes iniciativas, que todo eso iba a ser mucho más difícil”, dijo. “No fue una experiencia positiva. Y me hizo notar la división y la negatividad en la política de nuestro país en este momento”.
Aunque Curbelo dijo que el trabajo le ha dado satisfacciones —sobre todo cuando se trata de ayudar a los electores— le ha sido más difícil en su vida personal. Duerme en una cama en su oficina después de haber renunciado al apartamento de un dormitorio que costaba $1,600 al mes. Se perdió la primera práctica de fútbol de su hija de 6 años.
“Realmente te hace cuestionar la decisión” de aspirar al Congreso, dijo. “Nada es tan glamoroso como parece en el papel”.
Para los demócratas, el enfoque moderado de Curbelo suena como una estrategia calculada para presentarse como más centrista de lo que realmente es, al tiempo que mantiene buenas relaciones con los líderes republicanos de la Cámara, que han dado el congresista varias misiones de alto perfil, como confiarle la respuesta en español al discurso del Estado de la Unión del presidente Obama el año pasado. El distrito de Curbelo, que va desde Westchester hasta Cayo Hueso, que eligió a un republicano en el 2010, a un demócrata en el 2012 y a un republicano en el 2014, se hizo más demócrata después que el Tribunal Supremo de la Florida ordenó una nueva modificación de sus límites.
Curbelo responde que no todo lo que hace está motivado por la supervivencia política. “También he sido criticado por la derecha”, dijo.
Curbelo ha reservado algunas de sus palabras más duras para Trump, cuestionando la noción de que el Partido Republicano se ha convertido en el partido de Trump. Se comprometió a no votar por él (ni por Clinton), y dijo que “de ninguna manera” transaría, incluso cuando Trump elija a un compañero de fórmula. En esa persona no se puede confiar por principio, declaró Curbelo en una emisora de radio de Miami la semana pasada, “porque esa persona pensaría que Donald Trump cumple los requisitos para ser presidente”.
“Las palabras tienen que significar algo”, dijo Curbelo en El Show de Fernand Amandi. “Parte de la razón por la que hay tanta ira y frustración en nuestra política es porque la gente piensa que todos los políticos son mentirosos. Y cuando se ve que algunas personas hace un mes, hace unas semanas decían: ‘En ninguna circunstancia podría Donald Trump ser presidente de este país’ y ahora dicen: ‘Está bien’, eso lleva a los electores, a los oyentes y al público a decir: ‘¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Son mentirosas todas estas personas?’ ”
Cuando un demócrata que escuchaba el programa llamó por teléfono para acusar a Curbelo de no ser igualmente crítico del ex representante federal David Rivera, el asediado republicano que ocupó un escaño en la Cámara del 2010 al 2012, Curbelo hizo una confesión sorprendente: No votó por Rivera ese año, ni por el demócrata Joe García.
“Desde que se hizo evidente que estas dos campañas se habían implicado en actividades poco éticas e ilegales —hubo personas de ambas campañas que fueron a la cárcel— no voté en esa elección”, dijo.
Esta vez, dos demócratas — Annette Taddeo y el ex representante García, el bien conocido antecesor de Curbelo — quieren ocupar su escaño. El Comité Demócrata de Campaña para el Congreso (DCCC) considera ésta una oportunidad tan fácil que presionó a su candidata, Taddeo, a que declarara su candidatura apenas tres meses después del comienzo de la gestión de Curbelo.
Los demócratas critican a Curbelo y lo califican de político hipócrita cuyos actos no se corresponden con sus palabras.
Cuando era candidato, Curbelo comparó el Seguro Social con una “estafa estilo Ponzi” que había que modificar. Como representante, su despacho celebra la semana nacional de “Mi Seguro Social”. Como candidato, apoyó la demanda legislativa de los republicanos contra de la medida ejecutiva del presidente Obama que protegió de la deportación a ciertos inmigrantes no autorizados. Como representante, votó en contra de un documento legal que apoyaba una demanda similar.
Curbelo apoya la reforma de las leyes de inmigración, pero también apoya a Ryan, quien dijo que no permitirá una votación sobre ese tema en este período. Recauda fondos para un comité de acción política partidario de la inmigración, Leadership PAC, que él creó, pero prodiga donaciones a algunos de sus amigos republicanos que están en desacuerdo con él en materia de inmigración. Promueve la paga igualitaria a las mujeres, pero vota en contra en una votación de procedimiento para la ley de pago igualitario de los demócratas. Dice que apoya la solicitud de $1,900 millones de Obama para la prevención del virus del Zika, pero no hace esfuerzo alguno por promoverla.
“No puede hacer las dos cosas a la vez”, dijo Jermaine House, portavoz del DCCC.
Curbelo culpa a sus opositores de verlo todo bajo una luz partidista.
“El partidismo extremo hace difícil entender que en cada tema —en cada votación— yo siempre trato de hacer lo que sea mejor para nuestra comunidad y para nuestro país”, dijo. “Ellos me critican porque siempre han puesto y siempre pondrán primero sus intereses y ambiciones personales y políticas. Eso no es lo que nuestra comunidad merece”.
Al igual que la mayoría de los legisladores, Curbelo ha recaudado fondos de intereses especiales y ha viajado a lugares tan lejanos como California a recibir cheques de donantes. Hasta la fecha, se niega a divulgar la lista de clientes que lo contrataron como asesor antes de ser elegido, una pregunta que lo persiguió en el 2014.
Pero los demócratas han pasado trabajo hasta el momento para seguir criticándolo. Algunos incluso han llegado a elogiarlo.
Joy-Ann Reid, presentadora de MSNBC, ex columnista de opinión del Miami Herald, dijo la semana pasada a la radioemisora WIOD que considera a Curbelo una “estrella” republicana en ascenso.
“Carlos Curbelo es en realidad la persona que merece de verdad todo el bombo y platillo que recibe Marco Rubio”, dijo. “Él es realmente una estrella naciente del Partido Republicano, como republicano hispano, alguien informado e inteligente y que podría llegar a ser un líder de su partido”.
Curbelo sabe que elogios como esos no le ganarán muchos amigos entre las filas republicanas. Pero afirmó que la responsabilidad de representar a un distrito centrista en calidad de republicano es más liberadora que limitante. ¿Qué le parece la idea de hacer campaña por un distrito fuertemente conservador? “Ese no soy yo”, dijo.
“¿Hay algún peligro político” en su escaño? “Sí”.
Fuente: Elnuevoherald.com