El metro de Miami, más conocido como Metrorail, está construido en altura y cuenta con más de 40 kilómetros de extensión que entregan una placentera sombra para quienes caminen por debajo de ella. Esto, para una ciudad que tiene más de 3.000 horas de sol al año y un clima tropical, puede ser una gran ventaja.
Es por eso que ese espacio, debajo de los carriles y de las 23 estaciones, fue un lugar que se pensó como ideal para construir una ruta de ciclovías. Pero por distintas razones -numerosas curvas, falta de señalización, mala iluminación y cruces-son pocos los ciclistas que utilizan el espacio.
Ahora una organización sin fines de lucro espera convertir ese espacio en desuso en un corredor con espacios verdes, ciclovías, lugares para hacer ejercicio, rutas de senderismo y una serie de servicios bajo el nombre de The Underline.
El proyecto, que recuerda al exitoso Highline (también al reciente Lowline) de Nueva York está a cargo de sus mismos creadores, la firma de diseño James Corner Field Operations.
El High Line, un parque elevado que fue construido en un tramo fuera de uso del ferrocarril de Nueva York, atrae a más de cinco millones de visitantes al año y ha fomentado proyectos inmobiliarios cercanos a la zona por un valor de US$ 2.000 millones.
Este proyecto, que estará ubicado entre las estaciones de Miami River hasta Dadeland, en el condado de Miami-Dade, espera replicar el mismo éxito económico y social que el de Nueva York.
La iniciativa es una colaboración entre el Departamento de Tránsito y Parques del condado y Friends of the Underline, la organización sin fines de lucro que lo impulsa. Busca ser también una conexión entre los distintos medios de transporte de la ciudad del estado de Florida.
En primera instancia, el proyecto se está impulsando en un tramo de 16 kilómetros y tiene un costo de US$ 120 millones, según explicó el diario The Miami Herald, que serán recaudados de diferentes formas, desde fondos locales hasta donaciones particulares.
Todos quienes quieren colaborar con el proyecto pueden hacerlo a través de donaciones de arboles, que cuestan entre US$ 600 y US$ 6.000, o también para que su nombre aparezca en algunas áreas, lo que tiene un precio que va desde los US$ 125.000 a los US$ 1,5 millones.
El proyecto ya recibió US$ 5 millones para entrar en su «fase de demostración» que empezará a construirse el próximo año y con lo que se espera obtener más financiamiento de otros sectores.
La fecha estimada en la que se espera terminar la iniciativa en su totalidad es en 2022.
Alrededor de un 75% del terreno se utilizará para crear caminos que serán divididos en dos, uno para los ciclistas y otro para los peatones.
El recorrido pretende tener distintos ecosistemas de plantas y alrededor de 40 hectáreas de distintos ambientes, además de áreas para la instalación de pequeños negocios en formato de kiosco. También buscará incorporar el arte local.
Muchas de las características del proyecto son parte de una lista elaborada en una serie de encuentros públicos con residentes del área y también con las autoridades locales. Es decir, con un permanente diálogo con la ciudadanía.
El Underline también busca detener un problema local. Miami es la cuarta ciudad más peligrosa para los peatones en Estados Unidos y la más peligrosa de toda Florida para los ciclistas.
Así, al menos US$ 20 millones estarán destinados exclusivamente a rediseñar las intersecciones entre las calles y los trenes para minimizar los riesgos para peatones y ciclistas.
Fuente: Miamidiario.com / Latercera.com