WASHINGTON (AP) — Diez años después que el Congreso autorizó la modernización del sistema de tráfico aéreo, uno de los programas gubernamentales más ambiciosos y técnicamente complejos se encuentra en apuros.
El Sistema de la Próxima Generación del Transporte Aéreo, NextGen, fue impulsado como una forma de acomodar el previsto aumento de viajes aéreos, reducir el consumo de combustible y mejorar la seguridad y eficacia. Al cambiar la navegación basada en el radar y las comunicaciones radiales — tecnologías de la primera mitad del siglo XX — a la navegación por satélite y las comunicaciones digitales, el nuevo sistema permitiría triplicar el volumen de aviones con la mitad de controladores aéreos para 2015, prometió la Administración Federal de Aviación (FAA).
Los aviones volarían directamente a sus destinos utilizando la tecnología SPG en lugar de seguir rutas indirectas para permanecer en el radio de las estaciones terrestres. Transmitirían constantemente su posición exacta, no sólo a los controladores del tráfico aéreo sino a otros aviones con tecnología similar. Por primera vez, los pilotos podrían ver en pantallas de la cabina de mando su posición en relación con otros aviones. Ello permitiría a las aeronaves volar más cerca unas de otras pero con plena seguridad e incluso transferir de los controladores a los pilotos la responsabilidad de mantener una separación adecuada entre aviones.
Pero casi nada ha sido como pensaban los funcionarios de la FAA.
El aumento de la capacidad no es ya tan urgente como parecía hace años. Los 1.000 millones de viajeros al año pronosticados por la FAA para 2014 ahora son cosa que se prevé para 2027. Las operaciones del tráfico aéreo — despegues, aterrizajes y otros procedimientos — han mermado 26% desde el 2000, aunque la congestión crónica en algunos aeropuertos importantes puede retrasar el tráfico aéreo en todo el país.
Las dificultades han aparecido por doquier, desde los nuevos procedimientos de aterrizaje imposibles para ciertos aviones hasta el software que identificó erróneamente a los aviones. Iniciativas clave han sido retrasadas igualmente y corren el riesgo de exceder sus parámetros presupuestarios. Y la entidad sigue sin un «plan ejecutivo» para lanzar el NextGen, según un organismo gubernamental supervisor.
«Durante las primeras etapas, el mensaje parecía ser que la implementación del NextGen marchaba bien», dijo Christopher Oswald, vicepresidente de Asuntos de Seguridad y Normativos del Consejo Internacional de Aeropuertos para América del Norte. «No se presentó de manera realista».
Algunos ejecutivos de aerolíneas, frustrados de que no han visto los beneficios prometidos, dicen que quieren mejores resultados antes de gastar más dinero para equipar sus aviones con el sistema NextGen, un paso clave para su éxito.
Los legisladores también están frustrados. NextGen ha disfrutado de apoyo bipartidista en el Congreso, pero en momentos que el Congreso enfrenta otra ronda de reducciones automáticas de gasto, sus partidarios temen que el programa no cuente con los fondos necesarios.
En septiembre, un comité asesor del gobierno y el sector privado recomendó que, dada la probabilidad de reducciones de presupuesto, la FAA debe concentrarse en sólo 11 iniciativas del NextGen que están listas o casi listas para implementarse, y que el resto de las 150 iniciativas del programa pueden esperar.
«No se puede tener un proyecto de infraestructura que es el equivalente de lo que el programa de autopistas interestatales en los años 50 y 60 y usar este enfoque desordenado para hacerlo avanzar», dijo Sean Cassidy, primer vicepresidente de la Asociación de Pilotos de Aerolíneas, quien ayudó a redactar las recomendaciones.
La primavera pasada el Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma se convirtió en el primer aeropuerto grande que puede usar de manera uniforme uno de los nuevos procedimientos. Conocido como HAWKS, reduce en unos 70 kilómetros la aproximación desde el suroeste, lo que multiplicado por la gran cantidad de aviones que usan a diario ese aeropuerto, puede generar ahorros significativos, una perspectiva positiva para las aerolíneas, que por lo general operan con márgenes de ganancia mínimos.
Michael Huerta, administrador de la FAA, dice que el NextGen avanza bien a pesar de los problemas.
«Es una transformación significativa lo que estamos haciendo», le dijo a The Associated Press. «Espero que avance rápido, pero es un sistema muy grande y complejo, estamos avanzando bien».
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Joan Lowy está en Twitter en http://www.twitter.com/AP_Joan_Lowy
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