NIAMEY, Níger (AP) — Atacantes suicidas detonaron el jueves dos coches bomba simultáneamente en Níger, uno dentro de un campamento militar en la ciudad de Agadez y otro en la remota ciudad de Arlit, dentro de una mina de uranio operada por Francia, matando a 26 personas e hiriendo a 30, dijeron las autoridades de Níger y Francia.
Un atacante que sobrevivió tomó a un grupo de soldados como rehenes y las autoridades trataban de negociar su liberación.
La coordinación de los ataques, que se produjeron en el mismo momento a más de 160 kilómetros (100 millas) de distancia, y el hecho de que los terroristas fueran capaces de entrar tanto en una instalación militar bien custodiada como en una mina de uranio operada por una empresa extranjera, resalta el alcance y sofisticación cada vez mayor de los extremistas islámicos con sede en la vecina Malí.
Ambos ataques fueron reivindicados por el grupo extremista islámico Movimiento por la Unicidad y la Yihad en África Occidental, o MUYAO, que es una filial de al-Qaida y juró tomar represalia por la intervención militar encabezada por Francia durante cuatro meses que llevó a su expulsión del norte de Malí.
La autoría del ataque de Arlit fue asumida por Moktar Belmoktar, el extremista que dirigió el ataque a una planta de gas natural en Ain Amenas, Argelia, en enero, según un comunicado divulgado en foros yihadistas.
De los dos atentados, el de mayor número de muertes tuvo lugar en Agadez, una ciudad situada en el desierto a casi 1.000 kilómetros (600 millas) al noreste de la capital, donde los atacantes arremetieron con vehículos cargados con explosivos, superaron las defensas del cuartel militar y los detonaron dentro de la base, dejando 20 soldados muertos y otros 16 heridos, dijo el ministro de Defensa de Níger, Mahamadou Karidjo, en una conferencia de prensa en Niamey. Tres atacantes suicidas murieron, pero un cuarto escapó y atrapó a un grupo de cadetes militares, dijo el ministro del Interior, Abdou Labo.
Con el cinturón de explosivos adheridos que llevaba, el atacante amenazó con volarse junto con sus rehenes, relató Labo, que no confirmó cuántos cadetes había capturado. Casi 12 horas después, los militares seguían negociando con el atacante suicida a fin de que los deje libres.
Al mismo tiempo en que ocurría el atentado en Agadez, otro grupo de atacantes suicidas metió un vehículo en la mina de uranio en Arlit, operada por Ariva, el gigante nuclear francés. Una vez dentro de las instalaciones, el automóvil estalló, hiriendo a 14 empleados de la empresa francesa, uno de los cuales falleció poco después, informaron testigos y una declaración de la empresa francesa. Los dos atacantes suicidas murieron, dijo el ministerio de defensa.
«Vimos un automóvil que ingresaba a la fábrica y estalló inmediatamente», relató Agoumou Idi, un trabajador que estaba dentro de la planta y que fue entrevistado por teléfono. «Los terroristas, al parecer de MUYAO, aprovecharon el momento en que la cancela estaba abierta para que ingresara el camión que traía a un grupo de trabajadores para el siguiente turno. Utilizaron ese ingreso para entrar al centro de nuestra fábrica y detonaron su vehículo», agregó.
El grupo es una célula de al-Qaida en el Magreb Islámico, que junto con MUYAO controló una porción del tamaño de Francia en el norte de Malí durante casi 10 meses el año pasado. Fueron expulsados de las principales ciudades en el norte de Malí por una intervención militar liderada por Francia que comenzó en enero.
Debido a que los franceses llevaron a cabo la mayor parte de las operaciones, MUYAO y el capítulo de al-Qaeda en África advirtieron que atacarían intereses franceses en todo el mundo en venganza, así como a todos los estados africanos que les ayudan.
Las explosiones del jueves son los peores ataques de los yihadistas en Níger hasta la fecha, y lograron golpear tanto a un importante activo francés como al ejército de Níger, que envió 650 soldados para ayudar a Francia a luchar contra los islamistas en Malí.
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Callimachi contribuyó a este despacho desde Dakar, Senegal. Angela Charlton y Sarah DiLorenzo, reporteros de Associated Press, contribuyeron a este despacho desde París.
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