“Tratamos de mantener a Austin aislado de la realidad y que viva su vida en su mundo de chico, que lo pase lo mejor posible, darle amor, afecto, tratar de no seguir indagando. Y eso es lo que estamos haciendo hasta el momento para que se sienta seguro, porque esto va a durar para toda la vida. Entonces hay que darle mucha paz, mucha tranquilidad”.
“Mi esposa y yo también estamos viviendo la tensión porque cuando el tiempo va avanzando nos vamos enterando de más cosas y cuando llega la hora de ir a dormir y poner la cabeza sobre la almohada, empieza a dar vuelta todo en la cabeza y resulta un poquito difícil”.
“Mucho no hemos hablado, posiblemente dos veces yo hablé con él, la primera vez que lo vi cuando lo sacamos de ahí y después el día domingo. En el primer momento el me dijo que estaba muy asustado, que había sentido los ruidos como que alguien estaba clavando clavos con la pistola neumática y después escuchó muchos gritos y que la gente lloraba, y que él no había visto nada porque había cerrado los ojos porque les habían pedido que cerraran los ojos. Austin tiene 7 años y está en segundo grado”.
“Las clases van a iniciar en un pueblo vecino que tiene un establecimiento desocupado que está en buenas condiciones, se llama Monroe el pueblo. Las autoridades están trabajando para que se parezco lo más posible a la escuela de Sandy Hook y creo que va a estar oficialmente habilitada el 2 de enero”.
Dibujo de Austin