DETROIT, Michigan, EE.UU. (AP) — Salvo un titubeante segundo inning, Aníbal Sánchez cumplió con lo que tenía que hacer para los Tigres de Detroit. Lo malo es que los bates de sus compañeros siguen apagados.
Sánchez cubrió siete entradas en las que permitió dos carreras, recetó ocho ponches y concedió una base por bolas.
Pero ese solitario boleto que permitió el derecho venezolano resultó ser fatal, pues le abrió la puerta a las anotaciones con las que los Gigantes de San Francisco se encaminaron el sábado a una victoria por 2-0 sobre los Tigres para ponerse arriba 3-0 en la Serie Mundial.
Hasta ese pasaporte a Hunter Pence al abrir el segundo inning, Sánchez había enfrentado consecutivamente a 95 bateadores derechos sin darles base por bolas, según STATS.
San Francisco lo aprovechó. Pence se robó la segunda base y avanzó a la antesala con un lanzamiento descontrolado para finalmente anotar con un triple de Gregor Blanco. Brandon Crawford añadió un sencillo remolcador que puso el 2-0 definitivo.
«Las bases por bolas no perdonan», se lamentó Sánchez, quien debió emplear 31 pitcheos para cumplir con el segundo episodio. «No me sentí cómodo en ese inning y pagué caro» con ese boleto gratis.
Sánchez, quien llegó a los Tigres a fines de julio tras un canje con los Marlins de Miami, se asentó y mantuvo a raya a los Gigantes.
Le tocó cargar con la derrota para dejar en 1-2 su foja en tres aperturas esta postemporada, con una muy buena efectividad de 1.77 en 20 innings y un tercio. Sus actuaciones han sido todas meritorias justo antes de declararse agente libre.
«Hice lo mejor que pude», afirmó el sudamericano.
El inconveniente es que la ofensiva de Detroit ha desaparecido por completo y la del sábado fue la segunda blanqueda por 2-0 que sufre de forma consecutiva.
El equipo tampoco se puede quejar de falta de oportunidades. En el quinto, Miguel Cabrera —el flamante ganador de la Triple Corona— fue a batear con las bases llenas y dos outs ante Ryan Vogelsong y sólo pudo conectar un elevado al campocorto. Además, un par de roletas de Prince Fielder y Quintin Berry a la intermedia precipitaron dobles matanzas que sofocaron amenazas.
El venezolano Cabrera declinó hablar con la prensa.
Sánchez insistió en que los Tigres no pueden darse por vencidos, pese a que los antecedentes son agoreros: ningún equipo en la historia de la Serie Mundial ha revertido un 0-3 en contra para coronarse campeón. Sólo los Medias Rojas de Boston, al venir de atrás ante los Yanquis de Nueva York en la serie de campeonato de la Liga Americana, lograron voltear semejante déficit en postemporada.
«No hay que perder la fe; hay venir con nueva energía», insistió Sánchez.
Detroit es el primer equipo en sufrir blanqueadas consecutivas en la Serie Mundial desde 1966. Los Tigres no habían sumado dos en fila desde 2008.
Sobre el corto circuito ofensivo, el pitcher indico que «no ha corrido la suerte de nuestro lado y hay que seguir intentando». Entre ambos, Cabrera y Fielder acumulan tres hits en 19 turnos.
«Es lo que hay», dijo Fielder.
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