BAMAKO, Mali (AP) — Islamistas radicales en control en el norte de Malí se están volviendo «cada vez más represivos», amputando extremidades, azotando a personas en público y lapidando a una pareja acusada de adulterio, dijo el martes un grupo de derechos humanos.
Los esfuerzos de los islamistas para imponer la ley islámica Sharia han incluido además prohibir tonos telefónicos que no sean versículos del Corán, al igual que cigarrillos y bebidas alcohólicas.
Mujeres que usan joyas o perfume, o no se cubren la cabeza con velos también enfrentan castigo, dijo Human Rights Watch en su reporte el martes.
«Los grupos armados islámicos se han vuelto cada vez más represivos a medida en que fortalecen su control sobre el norte de Malí», dijo Corinne Dufka, investigadora de África para Human Rights Watch. «Lapidaciones, amputaciones y flagelaciones se han vuelto rutina en un intento por obligar a la población a aceptar sus puntos de vista».
Human Rights Watch dijo que había documentado al menos ocho amputaciones desde que los extremistas islámicos tomaron el poder este año en el norte de Mali, un país predominantemente musulmán moderado en el oeste de África. Residentes ancianos se desplomaron tras ser flagelados, dijo el grupo.
Los islamistas consiguieron solidificar su poder en el norte luego de un golpe militar en la distante capital de Bamako en marzo. El vasto norte del país ha quedado fuera del control del gobierno y el bloque regional de África Occidental ha propuesto una intervención militar para ayudar a recuperar el área.
Varios grupos islámicos, incluyendo Ansar Dine y una rama africana de al-Qaida, han estado fortaleciendo su presencia en el área. Testigos han reportado que la mayoría de los líderes provienen de otros países, incluyendo Mauritania, Argelia, Senegal, Túnez y Chad, dijo Human Rights Watch.
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