CARACAS (AP) — Los cerros de Caracas están repletos de barrios pobres y en las ventanas de edificios invadidos tras años de abandono los habitantes cuelgan la ropa para que se seque. Abundan las calles llenas de huecos y de basura, con lámparas rotas. La principal vía fluvial, el contaminado río Guaire, sirve de desagüe y nadie osa bañarse allí.
El petróleo ha derivado en espectaculares proyectos de construcción en el Medio Oriente, incluido el edificio más alto del mundo en Dubai y planes para construir sucursales de los museos del Louvre y Guggenheim en Abu Dhabi, pero no ha generado cambios similares en Venezuela, que tiene las reservas comprobadas de petróleo más grandes del mundo.
Casi 14 años después de que Hugo Chávez asumió la presidencia, y a pesar de la bonanza petrolera más grande de la historia de Venezuela, no hay muchos indicios aparentes en las calles de la llegada de tantos petrodólares.
No hay dudas de que Venezuela cambió durante la gestión de Chávez. El presidente usó la riqueza petrolera para atraer adeptos mediante almacenes estatales y otros programas sociales incluyendo ayuda financiera a familias pobres. Al haber más dinero circulando en la economía, los ingresos han subido y la cantidad de gente pobre disminuyó según las cifras oficiales.
El desempleo bajó del 13% de 1999 al 8% actual y el país escaló varios peldaños en el Indice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, que mide una serie de indicadores que van desde el nivel de vida hasta las expectativas de vida.
«Nosotros estamos aplicando un programa exitoso, exitoso en lo político, exitoso en lo social, exitoso en lo económico», dijo Chávez en una conferencia de prensa. «Con fallas, claro, pero es exitoso. Estamos construyendo las bases de un proyecto histórico en el cual se nos irá toda la vida».
Todo esto hace que el presidente pudiera ser un competidor difícil de vencer en las elecciones del 7 de octubre.
Sin embargo, algunos expertos opinan que Chávez pudo haber hecho mucho más para mejorar la infraestructura del país, impulsar la economía e invertir en la propia industria petrolera que mantiene al país a flote.
«Es contundentemente claro que Venezuela ha desperdiciado el windfall (la ganancia inesperada)», dijo Francisco Monaldi, economista y director del Centro Internacional de Energía y Ambiente, en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en Caracas. «Tú deberías haber tenido un crecimiento económico muchísimo mayor, una reducción de la pobreza muchísimo mayor, si lo comparas con otros países que han tenido el mismo windfall, como los petroleros».
Las economías de Brasil, Chile, Perú y Argentina se han expandido más rápidamente que la de Venezueladesde que Chávez llegó al poder, con un crecimiento promedio de entre el 3% y el 5% anual entre 1999 y el 2011.
Venezuela, en cambio, tuvo un crecimiento anual promedio del 2,8% de su producto bruto interno durante ese periodo, de acuerdo con las cifras del Fondo Monetario Internacional. Desde esa perspectiva, todos los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, con excepción de Libia, tuvieron crecimientos superiores. Hasta Irak, sacudida por conflictos internos y una ocupación internacional, registró un crecimiento mayor.
Algunos venezolanos opinan que Chávez destina el dinero a sus partidarios e ignora problemas graves como la creciente tasa de asesinatos, la inflación, una infraestructura deficiente y malos servicios públicos.Venezuela ha sido clasificado hoy como uno de los países más violentos y corruptos del planeta.
«El país se está cayendo a pedazos», declaró la instructora de tenis Naybeth Figueroa. «¿A dónde va el dinero del petróleo?».
¿A DÓNDE FUE EL DINERO?
En una carretera sin pavimentar cerca de Caracas, Moreli González, un ama de casa desempleada, vive en una casucha con piso de tierra y placas herrumbradas de zinc por paredes. Le agradece a Chávez los 280 dólares que recibe mensualmente a través de un programa llamado «Misión Madres del Barrio».
«La vida de nosotros en estos años ha cambiado porque ahora tenemos todo», dijo González, quien agrega que ha aprendido a leer y escribir en un programa educativo y que un almacén estatal cercano vende alimentos a precios accesibles.
«Ahora nosotros comemos mejor», agregó mientras mostraba la despensa llena de bolsas de arroz y pasta. «Los hijos míos antes no merendaban. Ahora sí tienen su merienda, tienen su buen alimento, tienen su leche siempre. Antes no».
Los programas gubernamentales para los pobres hicieron que el ministro del Petróleo Rafael Ramírez comentase recientemente: «Este país era uno antes del gobierno de presidente Chávez y otro después».
Se refería a los más de 300.000 millones de dólares que el gobierno dice que ha invertido durante el mandato de Chávez en el «desarrollo social», incluida la educación y la salud.
Eso fue posible por el aumento de los precios del petróleo, que generaron ingresos totales del orden de los 981.000 millones de dólares para la empresa estatal Petróleos de Venezuela entre 1999 y el 2011.
Algunos economistas dicen que, a la luz del boom petrolero, no debe sorprender el que el porcentaje de venezolanos que viven por debajo del nivel de pobreza haya bajado del 50% de 1999 al 32% en el segundo semestre del año pasado.
«Aquí hay gente que está comiendo carne que antes no comía carne, ¿pero es eso mérito de Chávez? Eso no es mérito de Chávez. Eso es el resultado de los cambios en el precio del petróleo», expresó Angel García Banchs, director de la firma consultora Econométrica.
Los aportes de la empresa petrolera al gobierno se triplicaron en los últimos ocho años y pasaron de los 16.500 millones de dólares en el 2004 a los 58.600 millones el año pasado.
No todo ese dinero va a programas sociales. Chávez invirtió miles de millones de dólares en el aparato militar, comprando aviones de combate, helicópteros y rifles a Rusia.
La matriculación en las universidades públicas también se más que duplicó. Los estudiantes de familias de bajos ingresos no pagan matrícula en las universidades estatales, que ahora incluye la Universidad Bolivariana, erigida por el gobierno de Chávez en un edificio que ocupaba la empresa petrolera estatal.
Uno de los principales gastos, no obstante, ha sido el mantenimiento de una creciente burocracia estatal. La cantidad de empleados públicos aumentó notablemente durante la gestión de Chávez, de 1,3 millones a 2,4 millones. Y Chávez ha dicho que si es reelegido, «eso va a seguir subiendo».
ORO NEGRO, PERO NO PARA TODOS
Cuando una poderosa explosión mató a por lo menos 42 personas en la refinería petrolera Amuay el mes pasado, varios expertos atribuyeron el peor desastre jamás registrado en una refinería venezolana al deficiente mantenimiento.
El mes pasado, un alzamiento en una atestada prisión dejó más de dos docenas de muertos, en una nueva manifestación de la violencia desatada que dejó 560 muertes el año pasado en los centros penitenciarios.
El descenso en la pobreza acompañado por el empeoramiento de la infraestructura refleja lo que los detractores de Chávez describen como su incapacidad para hacer frente a las causas de muchos de los males del país. Sí, ellos afirman, algunos programas del gobierno pueden ayudar a los pobres en algo pero al mismo tiempo dicen que Chávez ha ignorado remedios básicos para modernizar la nación.
Durante su campaña, el candidato opositor a la presidencia, Henrique Capriles, ha dicho que hay que hacer más para mejorar las fuerzas policiales, construir redes de agua potable e invertir en la industria petrolera en lugar de, entre otras cosas, dilapidar la riqueza petrolera ofreciendo combustible bajo acuerdos preferenciales a aliados como Cuba y Nicaragua.
Cifras oficiales apoyan algunos de esos argumentos. La tasa de asesinatos se más que duplicó durante la presidencia de Chávez. También crecieron los barrios según las cifras oficiales. La cifra de viviendas consideradas «inadecuadas» subió de las 295.000 de 1999 a 404.000 el año pasado.
Chávez se justifica diciendo que se han invertido miles de millones de dólares en el mantenimiento de refinerías, se está creando una nueva policía nacional y se están haciendo cambios revolucionarios para «humanizar» un sistema penal que no da abasto.
Sin embargo, incluso en sectores en los que Chávez invirtió dinero, los resultados no son tan alentadores.
Por ejemplo, el mandatario dice que revolucionó el sistema de salud abriendo clínicas que no cobran atendidas por médicos cubanos en los barrios pobres de todo el país. Pero se desatendieron los hospitales, al punto de que cifras oficiales indican que la cantidad de camas bajó de las 28.000 del 2000 a 22.000 en el 2010.
Hay quienes dicen que algunas mujeres embarazadas van de un hospital público a otro porque no las reciben por falta de instalaciones suficientes.
El político opositor Carlos Vecchio recientemente difundió a través de Twitter fotos de pacientes tirados en el piso en la sala de emergencia de un hospital de la ciudad oriental Maturin.
A pesar del dinero invertido en la salud, la situación empeoró por «la ineficiencia, ineficacia e incapacidad», sostuvo Carlos Walter, ex ministro de salud y director del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela.
En su manejo de la economía, Chávez le ha dado un papel prominente al estado y ha expropiado empresas. Los economistas dicen que esto afectó las inversiones.
Venezuela combate una inflación del 18% y sigue dependiendo mucho del petróleo, que representa el 95% de sus ingresos por exportaciones.
«Yo creo que a largo plazo, vamos a una situación de pobreza. Si la renta petrolera comienza a agotarse, los precios bajan demasiado, aquí no hay un aparato productivo que nos pueda alimentar. No lo hay. Aquí no hay empleo. Aquí lo único que ha crecido es el empleo público», dijo Margarita López Maya, investigadora de historia en la Universidad Central de Venezuela. «Pero mientras el precio del petróleo sea tan alto, se pueden financiar fantasías».
EL PRECIO DE LAS «FANTASIAS»
A Chávez le gusta decir que Venezuela está en medio de una revolución socialista.
Aparece en televisión inspeccionando nuevas viviendas construidas por el estado y resalta la esperanza que le da a algunos de los pobres. Afirma que es posible crear un nuevo modelo que hace a un lado el orden promovido por Estados Unidos y sus aliados que tiene la generación de ganancias como bandera.
Hace poco Chávez dijo ante periodistas que «hoy el modelo va funcionando».
Muchos partidarios de Chávez se identifican con esa visión. Han visto nuevos «módulos» de salud en barrios pobres. Saben que miles de personas podrán mudarse a viviendas nuevas construidas por el gobierno.
«Ha habido una gran mejoría en los estándares de vida de una vasta mayoría en el país. Por eso es que han ganado todas esas elecciones», dijo Mark Weisbrot, economista y codirector del Centro de Investigación en Economía y Políticas en Washington.
Los niveles de pobreza bajaron marcadamente entre 2004 y 2007, cuando precios más altos del petróleo generaron mayores ingresos para el país. Pero desde el 2007, las cifras del Instituto Nacional de Estadística muestran que han cambiado relativamente poco los niveles de pobreza a pesar de más programas sociales creados por el gobierno.
Y algo que Chávez no discute en la campaña es la carga que sus programas representan para el estado.
A pesar del boom del petróleo, el gobierno ha más que triplicado su deuda pública externa, que pasó de unos 24.200 millones de dólares cuando asumió a 88.700 millones de dólares en el primer trimestre de este año. Buena parte de ese dinero provino de China, que le ha prestado a Venezuela más de 36.000 millones de dólares.
En contraste, otros países petroleros como los Emiratos Arabes Unidos y Noruega ahorraron miles de millones de dólares en fondos de inversión.
«Si uno ve cuánto dinero ha entrado al país, por supuesto que parece que no ha sido un buen administrador de ese dinero», dijo David Smilde, un profesor de sociología en la Universidad de Georgia.
«Han hecho algunas cosas buenas y han logrado cierto progreso, pero no creo que hayan hecho nada que sea muy sustentable. Entonces, en ese sentido, no creo que haya sido un éxito que nadie querría replicar», agregó.
No obstante, una buena cantidad de venezolanos siguen dispuestos a votar por Chávez. Algunas encuestas le dan una ventaja sobre Capriles, mientras que otras los tienen casi empatados.
José Gregorio Oropeza, quien vende bebidas en un puesto callejero, elogia los servicios médicos gratis y los almacenes estatales.
«Ahora estos reales vienen del petróleo», dijo Oropeza. «Yo considero que mi situación económica ha mejorado a través de los años del presidente Chávez».
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El reportero de la Associated Press Adam Schreck colaboró en este reportaje desde Dubai.
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Ian James está en Twitter como http://twitter.com/ianjamesap
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