“Realmente es una irresponsabilidad mayúscula trabajar discursivamente sobre al base de la amenaza, pero cuando la amenaza constituye un hecho de las proporciones de la magnitud de una guerra civil, es innegable que la pérdida de valores democráticos es lo que está caracterizando a un candidato desesperado ante la inminencia de una derrota”.
“Realmente es lamentable la imagen que Venezuela proyecta al mundo, de un presidente que piensa someter bajo la figura del miedo a sus electores, tratando de esgrimir un discurso diluviano. Después de mí vendrá un diluvio, eso no puede ser”.
“Desde el punto de vista discursivo, la oposición en términos de sus representantes han tratado de ignorar lo que constituye una charlatanería más de un candidato en desespero. Pero desde el punto de vista político y ante la amenaza latente que esto ha planteado, más allá de la oposición, los venezolanos en general, los electores no estamos dispuestos a ser sometidos a la coerción de un gobierno que piense plantear el miedo como una alternativa para permanecer en el poder”.