En una entrevista para el programa Cada Tarde (Actualidad Radio), el ingeniero Jorge Piñón, investigador de la Universidad de Texas en Austin, analizó el impacto técnico del bloqueo aeronaval sobre el petróleo del régimen venezolano.
Piñón calificó la medida de la administración Trump como inédita y más robusta que el bloqueo a Cuba de 1962. Explicó que el objetivo central no es solo impedir la exportación, sino cortar la entrada de insumos clave para la producción controlada por la dictadura.
El factor crítico: Los diluyentes
El especialista detalló que el crudo de la Faja del Orinoco es extremadamente pesado y requiere diluyentes (naftas o crudos ligeros) para fluir. Debido a que el régimen de Nicolás Maduro depende de importaciones de Irán y Rusia, el bloqueo a estas rutas es devastador.
“Más importante que bloquear la salida del petróleo es cerrar la entrada de los diluyentes”, afirmó Piñón, estimando que la producción podría detenerse casi por completo en un plazo de cuatro a seis semanas.
Riesgos técnicos y falta de servicios
El ingeniero enfatizó los peligros de cerrar pozos petroleros, una decisión que calificó de alto riesgo técnico:
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Reactivación costosa: Poner un pozo en marcha tras un cierre es complejo y sumamente caro.
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Ausencia de transnacionales: La falta de empresas como Halliburton o Schlumberger en el país dificulta cualquier intento de recuperación operativa.
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Daño a yacimientos: Las paralizaciones súbitas y el límite de almacenamiento pueden causar daños permanentes en la infraestructura de PDVSA.
Piñón concluyó que el bloqueo aeronaval es una estrategia técnica diseñada para golpear el corazón financiero del régimen, con efectos que podrían prolongarse durante años debido al deterioro estructural de la industria energética venezolana.