El Departamento de Defensa de Estados Unidos atacó otro buque que presuntamente transportaba narcóticos ilícitos en el Pacífico Oriental. En el ataque, realizado por la Fuerza de Tarea Conjunta Southern Spear, murieron los cuatro hombres a bordo, señalados como «narcoterroristas» en el mensaje oficial.
Este es el ataque número 22 llevado a cabo por el ejército estadounidense desde principios de septiembre. El número de fallecidos en la campaña antidrogas asciende a 87 personas, según CBS News. El Comando Sur de EEUU afirmó que la inteligencia confirmó que el buque transitaba por una ruta conocida de narcotráfico.
Investigación en el Congreso por segundo ataque
El nuevo ataque se produce el mismo día en que legisladores en el Capitolio iniciaron una investigación sobre el primer ataque del 2 de septiembre en el Caribe.
El vicealmirante Frank «Mitch» Bradley, quien según la Casa Blanca ordenó un segundo ataque contra una lancha venezolana, compareció ante comisiones del Congreso en sesiones confidenciales.
La controversia se agravó tras reportes que indicaban que el segundo ataque dejó sin vida a los sobrevivientes del primer ataque con misiles. La Casa Blanca confirmó el uso de dos misiles en el incidente.
El almirante Bradley negó haber recibido una orden de «matarlos a todos» del secretario de Defensa, Pete Hegseth. Sin embargo, la visualización de un video del segundo ataque generó reacciones encontradas entre los legisladores:
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El senador republicano Tom Cotton afirmó que los sobrevivientes estaban «tratando de voltear una lancha cargada de drogas».
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El demócrata Jim Himes lo calificó como «una de las cosas más preocupantes» que ha visto, señalando que los dos individuos estaban en clara angustia, sin medios de locomoción, antes de que los misiles los mataran.
El presidente Donald Trump defendió los operativos, afirmando que Estados Unidos está en «conflicto armado» con los cárteles de drogas y que los que pilotan las embarcaciones son culpables de «intentar dejar sin vida a personas en nuestro país».