Agentes federales han arrestado a más de 250 personas durante un operativo de inmigración en Carolina del Norte que gira en torno a Charlotte, la ciudad más grande del estado, informó el miércoles el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
La operación, que comenzó durante el fin de semana, es la última fase de los agresivos esfuerzos de deportaciones a gran escala del presidente republicano Donald Trump, quien ha desplegado a miembros de las fuerzas armadas y a agentes de inmigración en ciudades gobernadas por demócratas, desde Chicago hasta Los Ángeles.
Funcionarios de inmigración han cubierto el país desde enero, elevando las cifras de detenciones a máximos históricos por encima de 60.000. Grandes ciudades y pequeños pueblos en todo el país son objetivo diario en medio de esfuerzos más destacados en lugares como Portland, Oregon, donde se realizaron más de 560 arrestos de inmigración en octubre. Pequeñas redadas han surgido en otros lugares.
El impulso para llevar a cabo arrestos en Carolina del Norte se extendió el martes a la zona metropolitana de Raleigh, la capital estatal, desatando el miedo en al menos un suburbio con una gran población inmigrante.
Por la noche, la alcaldesa de Raleigh, Janet Cowell, dijo a través de la red social X que «las actividades policiales de la Patrulla Fronteriza parecen haber sido suspendidas» en la ciudad. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus iniciales en inglés) no anunció un cambio en su presencia y no respondió de momento a una solicitud de comentarios.
El número de arrestos hasta ahora durante lo que el gobierno ha denominado «Operación Charlotte’s Web» es prácticamente el doble del total anunciado por funcionarios del DHS previamente esta semana. La dependencia aseveró en un comunicado que las agencias «siguen yendo detrás de algunos de los criminales ilegales más peligrosos».
Entre sus objetivos se incluye a personas que viven en Estados Unidos sin permiso legal y aquellos que supuestamente tienen antecedentes penales.
Funcionarios federales han ofrecido pocos detalles sobre los arrestados. También han permanecido en silencio sobre la magnitud del operativo en todo Carolina del Norte y el próximo destino de los agentes, lo que mantiene a las comunidades en vilo.
La redada en Charlotte ha sido recibida con focos de resistencia y protestas.
Unas 100 personas se reunieron el miércoles afuera de una tienda Home Depot en Charlotte, donde se vio a agentes federales en repetidas ocasiones desde el inicio de la operación. Los organizadores de la protesta ingresaron brevemente a la tienda con pancartas de color anaranjado y blanco con leyendas como: «ICE fuera de Home Depot. Protejan a nuestras comunidades».
Los arrestos en Charlotte y el área metropolitana de Raleigh han desatado preocupación en los vecindarios de inmigrantes: la asistencia escolar disminuyó y las pequeñas tiendas y restaurantes cerraron para evitar confrontaciones entre clientes y agentes federales.
Clientes en una lavandería dejaron su ropa en las lavadoras y secadoras y no han regresado después de que aparecieron agentes en un centro comercial de Charlotte el domingo, dijo David Rebolloso, quien es dueño del negocio.
Los agentes no se enfocaron en su lavandería, pero aun así se vio afectado y las tiendas vecinas sí cerraron, dijo Rebolloso, un mexicano-estadounidense nacido en Brownsville, Texas.
«Estamos abiertos sólo porque soy ciudadano estadounidense, así que no me molesta», comentó. «Pero, por supuesto, el negocio ha bajado. No tengo clientes».
Pocos días después del inicio de las redadas en Carolina del Norte, se tiene previsto que agentes de la Patrulla Fronteriza lleguen a Nueva Orleans para el fin de semana con el objetivo de iniciar preparativos para su próximo gran operativo en el sureste de Luisiana, según tres personas al tanto de la operación y documentos a los que The Associated Press tuvo acceso.
Unos 250 agentes fronterizos están listos para llegar a Nueva Orleans en las próximas semanas para llevar a cabo una operación de inmigración de dos meses que se tiene previsto que comience a más tardar el 1 de diciembre.
Gregory Bovino, comandante de la Patrulla Fronteriza designado para encabezar el operativo en Luisiana, ha estado en Carolina del Norte esta semana, donde también ha estado al frente de la operación.
Los republicanos de Luisiana expresaron su apoyo el miércoles. El presidente del partido estatal, Derek Babcock, dijo que muestra un compromiso de Trump y del gobernador Jeff Landry para «mantener a nuestros ciudadanos seguros».
La directora del capítulo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) del estado dijo que estaban recopilando información para ayudar a las personas a conocer sus derechos, y coordinando con servicios legales y grupos conectados con la comunidad inmigrante.
«Instamos a aquellos con privilegio y la oportunidad de arriesgarse a defender a sus vecinos y amigos», dijo Alanah Odoms con la ACLU de Luisiana.
Fuente: Associated Press