Los viajeros deben anticipar que las cancelaciones y retrasos de vuelos empeoren esta semana, incluso si el cierre del gobierno llega a su fin, mientras la Administración Federal de Aviación (FAA por sus iniciales en inglés) avanza con una serie de recortes de vuelos en 40 de los aeropuertos más concurridos de Estados Unidos, informaron funcionarios el lunes.
El cuarto día de restricciones de vuelos llevó a las aerolíneas a cancelar más de 2.300 vuelos el lunes y más de 1.000 vuelos programados para despegar el martes. Algunos controladores de tráfico aéreo, que no han cobrado su sueldo en más de un mes, han dejado de presentarse a trabajar, argumentando un estrés adicional y la necesidad de buscar un segundo empleo.
El presidente Donald Trump presionó el lunes por redes sociales a los controladores aéreos para que “regresen a trabajar, ¡Ahora!”. Añadió que quiere dar un bono de 10.000 dólares a los controladores aéreos que se han presentado a trabajar todos los días y descontar el salario de quienes no lo hicieron.
El representante Rick Larsen, el principal demócrata en el Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara, y la senadora Tammy Duckworth, miembro de alto rango del Subcomité de Aviación del Senado, condenaron las declaraciones del presidente, diciendo que los controladores merecen aprecio y apoyo, no ataques.
El jefe del sindicato de controladores aéreos dijo que están siendo utilizados como un «peón político» en la disputa en torno al cierre de gobierno.
En tanto, el Senado aprobó el lunes una legislación para reabrir el gobierno, aunque el proyecto de ley también necesita la aprobación de la Cámara de Representantes, por lo que una decisión final aún podría tomar varios días más. El secretario de Transporte, Sean Duffy, dejó en claro la semana pasada que los recortes de vuelos permanecerán hasta que la FAA vea mejoras en las cifras de seguridad.
Y debido a que las interrupciones de vuelos son generalizadas y continuas, muchos aviones no están donde se supone que deben estar, lo que también podría ralentizar el regreso de las aerolíneas a las operaciones normales incluso después de que la FAA levante la orden, dijo Mike Taylor, quien lidera la investigación sobre aeropuertos y aerolíneas en J.D. Power.
“Si lo piensas, hay todos estos aviones que no volaron donde se suponía que debían hacerlo en una ruta normal”, dijo Taylor, señalando que las aerolíneas necesitarán localizar todos sus aviones, averiguar dónde debe estar cada uno y encontrar pilotos y tripulación de cabina para esos vuelos.
Durante el fin de semana, las aerolíneas cancelaron miles de vuelos para cumplir con la orden de eliminar el 4% de los vuelos. Las cancelaciones están programadas para aumentar al 6% de todos los vuelos en 40 de los aeropuertos más concurridos del país el martes. Para el final de la semana, alcanzarán el 10% de todos los vuelos en esos aeropuertos.
Alrededor del 10% de todos los vuelos a nivel nacional fueron cancelados el domingo, convirtiéndose en el cuarto peor día para cancelaciones desde enero de 2024, según datos de la firma de análisis de aviación Cirium.
La escasez de controladores, combinada con el clima invernal, provocó retrasos de cinco horas en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago el lunes por la noche, donde el clima invernal agravó las complicaciones más temprano en el día, y la FAA advirtió que la dotación de personal en más de una docena de torres y centros de control podría causar interrupciones en ciudades como Filadelfia, Nashville y Atlanta.
Los viajeros están cada vez más frustrados.
“Todo esto tiene consecuencias negativas reales para millones de estadounidenses, y es 100% innecesario y evitable”, declaró Todd Walker, cuyo vuelo de San Francisco hacia el estado de Washington fue cancelado durante el fin de semana, lo que le hizo perder el cumpleaños 80 de su madre.
La FAA emitió más restricciones a partir del lunes, prohibiendo que jets de negocios y muchos vuelos privados usen una docena de los aeropuertos donde ya hay restricciones a los vuelos comerciales.
Más allá de los recortes obligatorios, los retrasos en los vuelos se han extendido ocasionalmente en los aeropuertos de todo el país desde que comenzó el cierre. Esto se debe a que la FAA ralentiza el tráfico aéreo cada vez que hay escasez de controladores aéreos en una de sus instalaciones para garantizar que los vuelos sigan siendo seguros.
El cierre ha hecho que un trabajo de por sí exigente se vuelva aún más estresante, llevando a la fatiga y a un mayor riesgo, señaló Nick Daniels, presidente de la Asociación Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo. Dijo que el número de quienes se están jubilando o renunciando “crece día a día”.
Durante los seis fines de semana desde el inicio del cierre, un promedio de 30 instalaciones de control de tráfico aéreo tuvo problemas de personal. La cifra es casi cuatro veces mayor al número para los fines de semana en lo que iba del año antes de la suspensión de operaciones gubernamentales, de acuerdo con un análisis de Associated Press de los planes de operaciones enviados a través del Centro de Comando del Sistema de Control de Tráfico Aéreo.
El martes será el segundo período de pago perdido para los controladores de tráfico aéreo y otros empleados de la FAA. No está claro cuándo recibirán su pago una vez que termine el cierre. Daniels aseguró que durante el cierre de gobierno de 2019, a los controladores les tomó entre dos meses y dos meses y medio recibir todos sus pagos atrasados.
El cierre y las preocupaciones económicas se han convertido en conversaciones regulares a la hora de la cena para Amy Lark y su esposo, ambos controladores de tráfico aéreo en el área de Washington, D.C.
“Ayer mis hijos me preguntaron cuánto tiempo podríamos quedarnos en nuestra casa”, señaló Lark en la conferencia de prensa. Aun así, afirmó que los controladores siguen «100% comprometidos».
Fuente: RIO YAMAT y JOSH FUNK Associated Press