El Miami Seaquarium, una atracción turística al estilo de la vieja Florida que ganó atención internacional porque ahí se filmó la serie de televisión sesentera “Flipper” y emocionó a generaciones de turistas con espectáculos de delfines y orcas entrenados, ha cerrado sus puertas.
El cierre del parque el domingo, que abrió en 1955, fue celebrado por defensores de los animales que durante décadas pidieron la liberación de los mamíferos marinos en su interior. Ubicado al otro lado de un puente desde el centro de Miami y con vistas a la Bahía de Biscayne, el parque era querido por aquellos que crecieron visitando este lugar emblemático, pero estaba plagado de persistentes quejas sobre el bienestar animal.
El año pasado, la empresa dueña del acuario recibió un aviso de desalojo para la propiedad frente al mar que alquila al condado Miami-Dade. Los locales citaron una “larga y preocupante historia de violaciones”. La acción siguió a una serie de inspecciones federales que encontraron múltiples problemas, incluidas estructuras inseguras y deficientes.
Durante años, las familias que esperaban crear recuerdos preciados en la atracción tuvieron que esquivar a los defensores de los animales que se apostaban en la acera exterior armados con carteles, megáfonos, rosarios e inciensos.
En los últimos años, los activistas se centraron en el destino de Lolita, una orca mantenida cautiva en una piscina poco profunda durante más de medio siglo. Murió justo cuando los cuidadores se preparaban para trasladarla a un corral marino natural en el noroeste del Pacífico.
Ya están en marcha los esfuerzos para remodelar el sitio del Miami Seaquarium, con planes para un nuevo “acuario acreditado” sin mamíferos marinos, así como un centro de investigación, tiendas, restaurantes y un malecón público accesible a la bahía.
Fuente: Associated Press