En entrevista con el programa Cada Tarde, el abogado Lorenzo Palomares explicó que, aunque no es una ley nueva, la actual administración está aplicando con mayor firmeza las normas que permiten revocar la ciudadanía a quienes hayan mentido en su proceso de naturalización.
“La ciudadanía se puede perder si la solicitud no se llenó correctamente o si se mintió en la planilla N-400”, advirtió Palomares. Explicó que el fraude debe ser «material», es decir, una omisión o mentira determinante en la concesión de la ciudadanía, como ocultar vínculos con gobiernos o partidos comunistas, o participación en actividades delictivas. “Hay gente que en su momento trabajó para el gobierno de Cuba y no lo puso en su solicitud. Eso es fraude”, ejemplificó.
Palomares subrayó que “el proceso de desnaturalización no es automático ni administrativo: siempre debe pasar por una corte”. También aclaró que no se trata de delitos cometidos después de obtener la ciudadanía, sino de fraudes cometidos durante el proceso para obtenerla.
El abogado recordó un caso emblemático de los años ochenta, en el que se revocó la ciudadanía a un hombre en Miami por su participación en crímenes de guerra nazis. Advirtió que esta vigilancia no solo aplica a cubanos: “También hay venezolanos y nicaragüenses que han trabajado para regímenes como el de Chávez o Maduro, y si no lo revelaron en su solicitud, están en riesgo”.
Finalmente, criticó la falta de aplicación previa de estas leyes: “La ley siempre ha estado ahí. Lo que pasa es que ahora, con un nuevo sheriff en la Casa Blanca, se está aplicando”.