El congresista republicano, Mario Díaz-Balart, confirmó en el programa Cada Tarde que se han cometido errores graves en las recientes redadas de inmigración, incluyendo la detención equivocada de ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, justificó la dureza de las nuevas medidas migratorias afirmando que “el control de la frontera sur fue entregado por cuatro años a los narco-carteles bajo la administración Biden-Harris”.
“Los que pagan los platos rotos son los decentes”, admitió el legislador, refiriéndose a los inmigrantes con posibles casos legítimos de asilo que quedan atrapados en medio de un sistema colapsado. En respuesta, mencionó su intervención directa, junto con los congresistas María Elvira Salazar y Carlos Giménez, en reuniones de alto nivel con la administración Trump para intentar establecer un sistema de revisión caso por caso, especialmente para refugiados políticos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Uno de los casos abordados como ejemplo fue el de Gregorio Zanabria, un expreso político venezolano. “Estamos haciendo todo lo posible para proteger a quienes están en riesgo real si regresan a sus países. No se trata sólo de libertad, sino de vida o muerte”, subrayó el congresista.
Finalmente, Díaz-Balart expresó su preocupación por los efectos colaterales de estas políticas, especialmente en sectores económicos clave como la agricultura. “Los cubanos, como muchos inmigrantes, vinieron con títulos, pero recogieron tomates para sobrevivir. Hoy, esa mano de obra también se está viendo amenazada por el caos migratorio”, concluyó.