En una fascinante conversación en Actualidad Radio, el doctor Andrés Tremante, profesor de ingeniería en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), explicó el revolucionario funcionamiento de una planta solar ubicada en un desierto del centro-oeste estadounidense, donde 10.000 espejos concentran la luz solar para fundir sal común y almacenar energía térmica.
“Esto no es un panel solar convencional. Es un banco térmico, una especie de alcancía de energía que permite generar electricidad incluso cuando no hay sol”, afirmó Tremante.
La tecnología consiste en fundir millones de libras de sal a más de 370 grados centígrados, acumulando calor que posteriormente se usa para calentar agua, producir vapor y mover turbinas eléctricas.
“El gran cuello de botella en ingeniería ha sido siempre cómo almacenar energía de forma eficiente. Aquí lo logramos con calor, no con baterías”, explicó el experto.
Lo innovador del sistema es que el calor acumulado puede mantenerse por días, permitiendo operar la planta solar durante la noche o en jornadas nubladas:
“La sal fundida actúa como un intercambiador de calor en un ciclo termodinámico clásico, similar a las calderas de carbón, gas o incluso de plantas nucleares, pero con una fuente renovable y limpia”.
Tremante destacó que esta tecnología también previene apagones causados por picos de generación solar, como el ocurrido en la península ibérica:
“Aquello fue un error de ingeniería: inyectaron la energía solar directamente a la red sin almacenamiento, lo que provocó una inestabilidad y colapso. Este sistema lo evita porque acumula primero y luego distribuye”.
Además, el académico mencionó avances en reactores nucleares de cuarta y quinta generación, que también usarán sales (esta vez radioactivas) como medio térmico más seguro y eficiente:
“Ya se están desarrollando reactores más pequeños, más seguros, que no usan uranio ni plutonio tradicionales. Estamos entrando en una nueva era energética”.
La explicación del doctor Tremante posiciona a esta planta como un modelo viable para un futuro energético limpio, estable y sostenible, aprovechando recursos simples como la sal para transformar el sol en electricidad, incluso después del atardecer.