Trump consiguió de esta manera la mayoría de los 59 delegados en liza en ese estado, insignia del antiguo apogeo industrial del país venido a menos con la desindustrialización y donde las encuestas ya le vaticinaban una importante ventaja frente a sus rivales.
La victoria en Michigan era considerada imprescindible para el magnate neoyorquino si quería seguir apareciendo ante la opinión pública como el único aspirante con posibilidades reales de llegar a la convención del partido en julio con los 1.237 delegados necesarios para obtener la candidatura presidencial.
Además de Michigan, Trump también se llevó el sureño Mississippi (40 delegados), con lo que sumó victorias en las dos contiendas que repartían la mayor parte de delegados de este martes.