Nuevos detalles sobre la salud de Chris Bosh han salido a la luz en los últimos días, pero también, sobre lo que ha significado para el jugador quedar fuera del Heat por su enfermedad.
El portal Baske4us.com especificó que aunque no jugó ningún partido de los Playoffs, intentó llevar su cuerpo al máximo en busca de estar habilitado para jugar.
Bosh quería tomar sus anticoagulantes prescritos en la mañana, para que estuvieran fuera de su sistema a tiempo y poder estar habilitado para jugar en la postemporada.
Estos medicamentos reducirían la probabilidad de que el alero All-Star tuviera complicaciones si se hubiera cortado o sufriera una lesión durante un juego, pero los médicos del equipo no aceptaron esta opción.
Por segundo año consecutivo, Chris Bosh debió interrumpir en varias jornadas su accionar con los Miami Heat, por la formación de coágulos de sangre que podrían poner en riesgo su vida.
El alero de 32 años se perdió 29 juegos de la temporada regular por el problema de salud y dejó de aportar a la causa antes de la pausa por el All-Star Weekend.
Su continuidad en el tablero es incierta, toda vez que según las reglas de la NBA, Bosh debería jugar antes de febrero de 2017. De no hacerlo, un médico externo al club de Miami, pero aprobado por el equipo y el sindicato de jugadores, debería revisar su caso y ofrecer un diagnóstico a la organización.
Si en esa evaluación se determina que no debe jugar, la franquicia podría liberar su contrato dentro del margen salarial de la plantilla.
A Bosh le restan tres años de contrato por $75 millones. Si su situación médica indica que no debe jugar, debería recibir casi por completo esta cantidad.
Todo dependerá de la evolución estos últimos meses del alero.
Fuente: Miamidiario.com
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