“Colombia amaneció hoy con una sensación de mucha esperanza y de mucho alivio tras la liberación de estos 10 secuestrados, 6 de la policía y 4 del ejército, ya que se trata de los últimos 10 secuestrados políticos que permanecieron 14 años en poder de las FARC”.
“Ahora lo que sigue, yo pienso que necesita un compás de espera, porque en este momento la opinión está un poco dividida, en el sentido de que para muchos, el gesto que las FARC han hecho de liberar a los 10 secuestrados, pues no es todavía suficiente para poder pensar en un proceso de paz y así lo ha expresado el presidente de la república en su alocución de saludo a los liberados. Él exige que la liberación de los secuestrados sea plena, sea total y en este momento según los estimativos, hay cerca de 400 secuestrados civiles, en secuestros extorsivos en poder de las FARC”.
“Pero por otra parte las FARC han hecho un gesto significativo dado que le han puesto término al secuestro político entregando a estos 10 últimos. El país ya tiene una larga historia de hechos parecidos, porque han sido varias las entregas de secuestrados que hemos presenciado. Las FARC han liberado recientemente cerca de 30 secuestrados, otros fueron rescatados por el ejército, algunos fueron asesinados en cautiverio y otros murieron en el intento fallido de escaparse de las FARC”.
“De tal manera que la historia de secuestros en Colombia es una historia larga, penosa, causa demasiado malestar, demasiada molestia, porque no hay derecho que un hombre sea privado de la libertad por ningún motivo”.
“Creo que para las FARC ha sido definitivo el rechazo, no solamente nacional, sino también internacional del secuestro como arma de lucha. Yo creo que en este momento ellos tienen que sentirse muy presionados, porque no hay ninguna voz, ni de amigos de las FARC, ni del pueblo en general que acepte la posibilidad del secuestro por parte de un grupo al margen de la ley. Naturalmente que el estado, según la Constitución es el responsable del orden público y tiene que tomar en sus manos las riendas de todos estos procesos. Y como la historia del país ha sido desafortunada, en el sentido de que olvidamos fácilmente las lecciones, pues el presidente ha ido obrando con cierta dureza. Así, analizado a primera vista parece duro, pro yo pienso que las FARC se van sintiendo acorraladas y el estado aprovecha esas circunstancias para ser exigente al extremo y no ir a incurrir en los errores de los pasados procesos de paz”.
