“Este decimotercer aniversario encuentra a Chávez en condiciones muy incómodas. El proceso histórico ya está en reflujo, el chavismo tiene la salida del poder prevista a un plazo relativamente breve y no tanto por la calidad de los dirigentes opositores sino por el proceso natural de deterioro de un régimen que jamás logró consolidarse. El chavismo siempre estuvo en peligro, siempre hubo un mar de fondo, una inquietud, especialmente en el estamento militar del cual él se hizo totalmente dependiente, que ahora se ha vuelto contra él”.
“Chávez sabe que se va a morir. Él tendrá momentos como tienen siempre los enfermos terminales, momentos de euforia en los que piensa que Dios va a hacer una excepción con él, pero al final de la película, antes de acostarse, él sabe que está en los últimos días de su vida. Entonces se está dando unos gustos, está actuando como el señor que no le importa los que se van a quedar atrás porque le han dado un diagnóstico fatal, entonces lo que hace es que se compró un Bentley, se manda a hacer 12 trajes, se manda a hacer 40 camisas, se compra una docena de zapatos Gucci y se busca una amante costosa, porque sabe que los que le queda de vida es corto”.
“De manera que estos es lo que está haciendo Chávez, pero los que se van a quedar son los preocupados. Los militares saben que al final a ellos los dejarán en la picota, porque por lo visto en la historia de América Latina los militares sirven sobre todo para eso, para echarles la culpa de lo que sale mal”.
