“El golpe no lo escuché porque se produjo en la parte trasera de la nave y yo me encontraba por la zona de proa. Entonces el barco se empezó a ladear, a ir para un lado, una inclinación bastante fuerte y ya supimos que algo anormal estaba pasando. Aproximadamente eran las 10.45 de la noche”.
“El capitán al ver el daño se supone que hizo una maniobra para regresar al puerto más cercano de donde estábamos y en esa maniobra parece que el barco hizo la maniobra contraria y se inclinó para el otro lado, pudimos sentirlo perfectamente. Terminábamos de cenar y estábamos yendo para los camarotes cuando vimos que los platos empezaban a rodar y nos asustamos bastante”.
Para salir del barco “seguimos el procedimiento habitual de ponernos los chalecos salvavidas, cuando donó la alarma general fuimos a los puntos de reunión que están establecidos y allí a esperar que nos embarcaran en las chalupas salvavidas. Ese fue el procedimiento”.
